Layhoon Chan vive su mayor crisis desde que accediera a la presidencia del Valencia. Anoche, tras el encuentro, bajó a los vestuarios para animar a los jugadores. La máxima ejecutiva se ha quedado en una situación de soledad, al ser la exponente principal del proyecto del Valencia debido a la prolongada ausencia de Peter Lim, que en 2016 solo se dejó ver dos veces en Mestalla. La imagen de Chan se ha deteriorado en los últimos meses entre la masa social. La directiva de perfil bajo y calculado discurso, con una inquietud personal por las causas solidarias y en defensa de la libertad de género, se han diluido a causa de la gestión de la enorme crisis de resultados. Un bajón en su popularidad a la que la propia Chan ha contribuido con declaraciones que la alejaron de los dos principales estamentos: la plantilla, a la que señaló, y a una afición que no tolera la falta de autocrítica.

Tras el partido, varios jugadores, sobre todo Santi Mina, tuvieron problemas para abandonar el estadio con sus vehículos al ser increpados por los radicales concentrados a la salida.