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Entrevista

Ángel Dealbert: "Voro siempre está cuando lo necesitas. Es un tío de fútbol 100 %"

"En mis tres temporadas en el Valencia, quedamos siempre terceros. Quizá ahora se valore más", asegura el exfutbolista

Ángel Dealbert: "Voro siempre está cuando lo necesitas. Es un tío de fútbol 100 %"

Ángel Dealbert cumplió en enero 34 años. El defensa de Benlloch saborea los últimos años de su carrera en las filas del Lugo, en la Segunda División. La semana pasada anunció su interés en tomar, junto al también jugador exvalencianista Pablo Hernández (todavía en activo en el Leed Unitd) y exdirector de comunicación del club de Mestalla Jordi Bruixola, las riendas del club donde se formó, el CD Castellón. Con las negociaciones abiertas para comprar el club de la Plana por unos cuatro millones, Dealbert prefiere no realizar declaraciones al respecto. «Ya dije lo que tenía que decir. Sería un orgullo ayudar al club de mi vida», apunta.

¿Qué tal en Lugo?

Bien, jugando algo menos este año, pero peleando como siempre. Este año acabo contrato, pero tengo una cláusula por la que puedo renovar en función de los partidos jugados. He cumplido 34 años, pero me encuentro muy bien y quiero seguir jugando a fútbol. A final de temporada veré dónde, porque con el futuro nunca se sabe.

¿Cómo fue el salto del Castellón al Valencia?

En Valencia, la confianza me la dieron Fernando Gómez Colomer, que me fichó, y Unai Emery, que apostó por mí. Desde el primer día me dijo que era uno más y que pelease por un puesto. En general, estoy satisfecho con lo que di. El primer año, sobre todo, fue una muy buena temporada. Debuté contra el Sevilla y jugué mucho. Había un vestuario muy bueno. Después me lesioné contra Osasuna, me rompí el cuádriceps y ahí se me acabó la temporada. En Segunda había nivel, pero el Valencia era otro escalón. Coincidí con futbolistas extraordinarios: Villa, Silva, Mata, Banega, Pablo Hernández, Joaquín, Albelda, Marchena, Baraja... A nivel de talento quizá el mejor era Silva. Lógicamente, con esa plantilla, había mucha exigencia. En mis tres temporadas en el Valencia quedamos siempre terceros, que era un objetivo vital para el club a nivel económico. Probablemente ahora se valore más. Yo venía de Castelló y la afición del Valencia era mucho más numerosa, claro, pero se parecía en cierto modo. Es gente de fútbol, que lo lleva dentro y te exigen mucho, pero porque lo vive al máximo.

¿Cómo era Emery?

De Unai destacaría que era una persona hipertrabajadora. Trabaja mucho y con una gran pasión. Además tenía una forma muy clara de decirte las cosas. Yo aprendí muchísimo, tanto a nivel táctico como en la manera de encarar el día a día de forma profesional. Unai tenía el plus de su segundo entrenador, Juan Carlos Carcedo, que era fabuloso.

¿Y Voro?

Voro estaba de delegado. Es un tío de fútbol cien por cien, que ama al Valencia. Una persona fantástica. A mí me ayudó mucho cuando llegué. Es ese tipo de persona que siempre que lo necesitas está ahí. Ahora la situación es complicada, cuando los resultados no acompañan es difícil, porque los valencianos somos así, aunque después de ganar dos partidos parece que se ha suavizado el tema. No es fácil, porque hubo muchos cambios en los últimos tiempos, pero el equipo saldrá adelante.

Luego Rusia, Emiratos...

Tenía oferta del Valencia, y otras de Primera y de Segunda, pero llegó la oferta del Kuban Krasnodar y me gustó lo que vi. Yo tenía 29 años, lo hablé con mi mujer y decidimos ir. Era un reto bonito en un equipo que quería crecer e hicimos historia al entrar en competición europea. Fue una buena experiencia, aunque era duro por la distancia y el frío. Además el carácter ruso es diferente, es difícil predecir cómo van a reaccionar ante cualquier cosa. Después me quedaba un año en Rusia, pero nació mi hija y surgió la posibilidad de ir al Baniyas. Convencí a los rusos para que me liberaran y pasamos del frío al calor extremo. Es otra cultura y otro fútbol. Solo hay tres extranjeros por equipo, así que la pauta la marcan los nacionales, y los mejores están siempre en los clubes más ricos. Tienen otra mentalidad. Les falta un poco de hambre para competir. Viven un poco en su mundo y al fútbol no le dan la importancia que puede tener en otros sitios.

¿Cómo le gustaría que le recordaran?

Como una persona que siempre ha intentado dar el máximo en el campo. Por ser luchador y trabajador, y por haber hecho amigos allá donde ha estado.

que puede tener en otros sitios.

¿Qué rivales le crearon más problemas?

Enfrente padecí muchísimo con Agüero, que tenía unas piernas muy fuertes. Luego estaba Messi, que va aparte, es otro mundo. Cuando jugamos contra el Werder Bremen en Europa me llamó la atención Özil.

Debutó en edad adolescente y llegó a ser capitán del mejor Castellón desde el descenso a Segunda de 1991.

Debuté en un Castellón diferente al de ahora, que además estaba en una Segunda B con salarios más altos. Era una competición dura y las lesiones me lastraron. El año del ascenso, en 2005, tuve mala suerte, porque forcé y recaí y me perdí el tramo final. Luego en Segunda nos encontramos con otra realidad y el primer año fue muy duro, pero conseguimos salvarnos con Pepe Moré. Llegaron años buenos en Segunda a nivel personal y colectivo, y la pena fue que entonces no había play-off y solo subían los tres primeros directos. Tuve propuesta para renovar, pero la sensación era de que se iban a ir jugadores importantes como Arana o Mora, y así fue. También se había ido Abel Resino meses antes... Recibí varias ofertas de Primera y elegí Valencia porque era una oportunidad muy buena para mí.

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