A Voro no hace falta que nadie lo defienda porque se defiende solo. A través de unos hechos incontestables. Cada jugador y cada línea han mejorado de una manera exponencial y, al final, esa es la verdadera medida de un entrenador: el rendimiento de cada uno de sus futbolistas, más allá de cualquier estilo. Es de justicia recordar cómo estaba el equipo el pasado 8 de enero, en su primer partido tras la espantada de Prandelli, con ese 3-3 esquizofrénico en Pamplona, al borde todos del ataque de nervios, y cómo está ahora, disfrutando de una mañana plácida en Granada, muy seguro de sí mismo y de su fútbol, resumido en un tercer gol maravilloso, una obra de arte reservada a pocos equipos, solo los especialmente dotados para el buen uso del balón: 38 toques y más de dos minutos de posesión culminados con el centro de Carlos Soler y el remate rabioso de Santi Mina.

La imagen popular de Voro como un tipo bonachón tocado por la suerte (una especie de talismán) no le hace justicia. Perfeccionista y responsable en todo, también cuando era delegado, Voro está siendo un rey midas para el Valencia. Zaza, sin ir más lejos, vino hecho unos zorros del West Ham United, donde no jugaba, y de la selección azzurra, donde falló un penalti traumático en la pasada Eurocopa, y ayer sacó todo su potencial con dos goles de delantero puro: un cabezazo a centro de Martín Montoya anticipándose a la defensa; y un remate al segundo palo, entrando con todo, tras el centro desde la izquierda de Santi Mina.

Mateu quiere un perfil más alto

Si hasta Abdennour, que venía siendo un desastre defensivo desde su llegada a València hace dos años, cumplió ayer en su pareja de centrales con Mangala, sin complicarse en toda la mañana.

Alejado definitivamente el fantasma del descenso, los jugadores, tan golpeados anímicamente durante meses por el mal rendimiento, han entendido que es el momento de disfrutar. Medrán, por ejemplo, eplipsado por la irrupción de Carlos Soler, pudo ayer sumarse a la causa con un partido notable como mediocentro defensivo, en sustitución del lesionado Enzo Pérez. El volante cordobés participó en el magnífico cambio de orientación hacia Santi Mina que dio pie al segundo gol. Simplificó su juego. Capítulo aparte merecen el par de canteranos sacados de la manga por parte del técnico de l´Alcúdia.

Lato, ayer, no dejó pasar ni el aire por la banda izquierda. Es rápido y pegajoso en la marca, muy difícil de superar, además de incorporarse con determinación al ataque. ¿Cómo es posible que nadie antes viera el potencial de Lato como lateral izquierdo?¿Cómo es eso de que Paterna no da futbolistas? La crisis ha invitado a recurrir a dos futbolistas de bandera. Carlos Soler ya se ha abierto un hueco entre los mejores centrocampistas de la Liga y, de paso, ha puesto en valor a Dani Parejo, que parecía oxidado. En este caso, el joven ha revalorizado al veterano. Ambos entienden el juego de la misma manera. A través del dominio del balón y de los espacios.

La idea primigenia de Mateu Alemany es darle el banquillo del Valencia a un entrenador de un perfil más alto, como una manera también de proteger a Voro de los avatares del cargo. Ahora bien, Alemany también es una persona inteligente a que, según dijo, le encanta que le hagan cambiar de opinión. La realidad y la marcha del equipo en los últimos meses invitan a esa reflexión.