Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis

La doble M funciona

La doble M funciona

El mercado de fichajes es historia y la principal conclusión en el Valencia es que Marcelino tiene -haciendo un primer análisis general- la plantilla que quería. Limpia en el vestuario, jugadores determinantes para apuntalar el sistema defensivo y talento moldeable arriba. Entrenar a Guedes o Andreas Pereira debe resultar mucho más estimulante que convivir con gatos viejos como Nani. Mateu Alemany, máximo responsable de todo lo que ha ocurrido este verano, lo tuvo claro desde el minuto 1. De su capacidad para maridar con el técnico asturiano iba a depender buena parte de la temporada y, como consecuencia de ello, el equilibrio institucional de la SAD.

La doble M ha funcionado de forma óptima. Marcelino trabajando con lo que tenía y no orinando fuera del tiesto a pesar de la tardanza en el cierre de incorporaciones. Mateu firmando según las peticiones del entrenador y sin perder de vista las limitaciones financieras del club. El equipo que ha quedado es el resultado de la suma de esfuerzos de ambos. Aunque la fórmula es mejorable. Una mayor intervención de la dirección deportiva en el proceso de selección de futbolistas y negociación con clubes hubiera permitido a Marce centrarse más en su principal función, pero esa es otra historia. Una historia que conoce a la perfección el director general y que deberá afrontar antes de final de año.

Ahora bien, satisfecho Marcelino la pregunta es otra: ¿tiene el Valencia la plantilla que deseaba el entorno? Seguramente no. El técnico adolece de la falta de un delantero fiable en términos absolutos. Ni Zaza ni Rodrigo ni Mina se han ganado históricamente esa consideración. Trabajan, derrochan kilómetros en la presión, generan dudas en la defensa rival? pero no son atacantes de los que garantizan 20 goles por temporada. Esa carencia no ha sido resuelta y requerirá una aportación mayor de los medios con llegada (Carlos Soler, Parejo, Guedes, Pereira, Kondogbia) desde la segunda línea.

Tampoco tiene el cuerpo técnico en el repertorio jugadores puros de banda. Ninguno de los fichajes cerrados el pasado viernes lo son. Tampoco Orellana, que se ha quedado a pesar de los pesares y es más mediapunta que otra cosa. No quedará otra que tragar con el invento de Soler en cualquiera de las bandas -es tan bueno que rendiría aunque jugara disfrazado de mascota-, probar a Guedes y Andreas Pereira partiendo de banda izquierda o insistir con la fórmula del doble lateral que tan buen resultado generó en el Santiago Bernabéu con Gayà y Lato.

En otras circunstancias quizá al personal ya no le quedarían vestiduras para rasgarse. Pero la realidad es otra. La realidad dice que, desde el empate con sabor a victoria ante el Real Madrid, se ha disparado el número de nuevas altas y el club superará con creces la cifra de abonados de la temporada pasada. La realidad dice que, hablando en términos generales, el entorno cree en Mateu y Marcelino. Viniendo de donde veníamos, ya es mucho. Muchísimo.

Compartir el artículo

stats