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Entrevista

Diego Ribera: "Me entra nostalgia al ver a Ferran Torres, ojalá le vaya mejor que a mí"

El exdelantero del Valencia cuenta su debut con 16 años y una carrera en 14 equipos de Segunda y Segunda B

P ¿Cómo fue aquel día de su debú?

R El 13 de febrero de 1994, en Tenerife. Yo estaba en una nube. Cuando salgo al campo, al primer jugador que me encuentro es a Fernando Redondo, con la planta que tenía, y yo que era un renacuajo. ´Ostras, esto va en serio´, pensé. Marcó Dertycia para ellos y yo tuve una ocasión, pero no pude marcar. El sabor fue agridulce.

P ¿Cómo vio a Ferran Torres (el extremo que debutó la semana pasada con 17 años en el VCF?

R A la generación del 2000 la conozco muy bien desde que vinieron a jugar a Riba-roja cuando yo era director deportivo: Víctor Chust, Hugo Guillamón, Abel Ruiz y Ferran Torres, pasaron por encima, claro. Después mantuve el contacto con ellos cuando estuve de ojeador del VCF en Catalunya. Ferran tiene condiciones para jugar en Primera muchos años, va por delante en muchos aspectos. Y juega igual en juveniles que en Primera. No se pone nervioso.

P ¿Qué le recomendaría?

R Leí una entrevista a Rafa Barber en Levante-EMV y decía muchas verdades: los jóvenes deben aprovechar y aprender de este entrenador de alto nivel que es Marcelino. Ferran debe tener los pies en el suelo y pensar que es un jugador del filial aunque haya debutado en el primer equipo.

P ¿Qué le dijo a usted Héctor Núñez, el entrenador, cuando lo hizo debutar con 16 años?

R Que me abstrayera y que jugara como lo hacía en el juvenil, porque yo fui un caso especial: pasé del juvenil al VCF sin pasar por el filial.

P Aquel era un momento difícil para el club.

R Sí, sucedió en noviembre lo de Karlsruhe (la derrota por 7-0 en la Copa de la UEFA), a Penev le detectaron un cáncer de testículo, pasaron muchos entrenadores (Hiddink, Paco Real, Rielo, Héctor Núñez y otra vez Hiddink) y subió mucha gente del filial.

P Entre ellos Mendieta. ¿Imaginaba su progresión?

R Ese año ya estuvo bien jugando de pivote, pero nadie podía pensar en esa evolución: llegó a ser el mejor centrocampista de mundo cuando lo fichó el Lazio. La progresión fue escandalosa.

P Y Paco Roig fichó a Aristizábal.

R Vino con la vitola de gran jugador, pero no tuvo suerte. Creo que solo metió un gol en Utiel. Pero había grandes delanteros como Penev y Gálvez y, al año siguiente, cuando me fui cedido al Hércules, el VCF llegó a la final de Copa del agua perdida contra el Dépor.

P Antes, su segundo entrenador fue Kempes.

R Sí, aunque yo no lo había visto como jugador (lo vi después por reportajes), lo que me decía iba a misa: me recalcaba que estuviera cerca del área .

P Usted batió récords de goles en las categorías inferiores.

R En infantiles marqué 109. Yo era un jugador técnico fuera del área que sabía asociarme, y dentro era listo e hice goles en todas las categorías menos en Primera porque tampoco jugué mucho. Fui 18 partidos convocado con el VCF y jugué 6. Después, en el Mundial del 94, jugué tres partidos en la Liga FORTA y marqué dos goles al Atlético.

P ¿En el Sevilla no jugó en Primera?

R No, allí ascendimos a Primera con Caparrós y me fui cedido al Jaén. Caparrós me había traído del Recreativo. Fue el técnico que más me marcó. Tenía ideas muy claras.

P ¿Y tampoco en el Espanyol?

R El Espanyol pagó 25 millones de pesetas por mí al Figueres, pero solo jugué un partido porque me topé con Tamudo (y la apuesta del club no era equivocada).

P ¿Le faltó suerte en su carrera?

R No, tuve mala y buena suerte, es mi historia y las decisiones las tomé conscientemente. Me entra un poco de nostalgia al ver a Ferran Torres y ojalá le vaya mejor que a mí.

P Ha jugado en 14 equipos, la mayoría de Segunda y Segunda B (Figueres, Espanyol, Recre, Córdoba, Sevilla, Jaén, Girona, Nàstic, Alicante, Ponferradina, Orihuela, Mazarrón y Riba-roja), ¿qué la ha quedado por hacer?

R Estar en Primera un año a todos los efectos, participando. No he hecho mala carrera, pero me hubiera gustado tener un poco más de éxito deportivo. Logré que mi hobby fuera mi profesión, pero tengo la espina clavada de no haber aprovechado las oportunidades. En el VCF hubiera sido muy difícil porque, en los últimos 30 años, los únicos delanteros valencianos que han jugado han sido Juan Sánchez y Alcácer. La mayoría de delanteros eran de fuera.

P Coincidió también con Hiddink.

R Un avanzado por los entrenamientos con balón y el trato con los jugadores.

P ¿Estuvo en el partido del final de Liga en Riazor (el meta González paró un penalti en el último segundo y el Dépor perdió el título en favor del Barça)?

R Estaba en el campo cuando paró González el penalti. Fue un drama para la ciudad. Nos tuvieron dos horas encerrados en el vestuario y, como el único que tenía móvil era Mijatovic, nos lo iba dejando para avisar a las familias.

P ¿Qué jugador era Mijatovic?

R El mejor con el que he jugado con mucha diferencia.

P ¿A qué club le guarda más cariño?

R Cariño a muchos, pero he estado poco tiempo. El Valencia es el club de mi vida y fueron seis años increíbles. Después el Figueres porque apostó por mí en un momento delicado: el VCF no me renueva a pesar de marcar 19 goles con el filial y en el Figueres marco 23 goles. Como consecuencia, voy al Mundial sub 20 de Malasia siendo jugador de Segunda b y comparto la lista con Albelda, Farinós y Angulo, que ya estaban en Primera.

P Ahora ejerce de segundo entrenador junto a Sergio González, ex del Espanyol y del Dépor.

R Coincidimos como jugadores en el filial del Espanyol. Y me llamó cuando se hizo cargo del primer equipo del Espanyol. Allí logramos llegar a semifinales de la Copa del Rey de 2014-15 después de eliminar al Valencia y al Sevilla. Hicimos un buen trabajo, pero ahora nos está costando entrar en la rueda.

P ¿Le gustaría ser primer entrenador?

R No tengo esa necesidad. Como segundo se viven cosas muy chulas.

P Y tiene menos presión.

R No, la presión es la misma aunque con menos responsabilidad.

P ¿Qué tipo de entrenador les gusta?

R El perfil de Marcelino, es lo que intentamos con Sergio: un equipo ordenado, el compromiso de los jugadores, dominador en las transiciones... Caparrós es así y Marcelino lo ha mejorado.

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