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Análisis

Neto agiganta su figura en Mestalla

El guardameta brasileño, al que ya han bautizado como «O Cristo do Corcovado», emerge como gran protagonista en un Valencia con números de récord - El equipo lleva encajados la mitad de goles que el curso pasado a estas alturas de Liga

Neto agiganta su figura en Mestalla

El Cristo de Corcovado es una enorme estatua de 30 metros de Jesús de Nazaret con los brazos abiertos, mostrando a la ciudad de Río de Janeiro, en Brasil. «Hacer la cruz», o «el Cristo», es el nombre que en el argot futbolístico recibe la figura del portero cuando sale, protegiendo su marco, tapar el balón justo antes del remate del delantero rival. Como si de esa monumental escultura se tratara, Neto Munara (Araxá, Brasil; 19/7/1989), es el guardián de la portería de un Valencia que presenta números de récord esta temporada.

Por este motivo, el periodista radiofónico valenciano Manolo Montalt, de la 94.5 FM, bautizó a Neto como O Cristo de Corcovado, en clara alusión a esa figura que se agiganta bajo los palos de la portería de Mestalla, y que ha permitido al equipo de Marcelino haber encajado solo 17 goles en otras tantas jornadas del campeonato doméstico, casi la mitad que lo había hecho por estas mismas fechas la pasada temporada. Con otro brasileño en la portería: Diego Alves.

Insiste Marcelino en que el punto de partida de un gran equipo comienza por la solidez defensiva. Y en esa faceta, la figura del portero se antoja como fundamental. Por ello el entrenador asturiano reveló que llevaba mucho tiempo tras los pasos de Neto, al que ya conoció cuando militaba en el Fiorentina italiano en el curso 2011. El brasileño fue una petición suya para Mestalla, más y cuando los informes que tenía sobre Alves le hablaban de un activo tóxico en el vestuario y de un enfrentamiento con la grada, y el tiempo le ha dado la razón. Neto es uno de los pilares sobre los que el Valencia se ha cimentado la recuperación y explica en gran medida que el equipo marche tercero en la Liga, con 34 puntos.

Hay una jugada que explica a la perfección todo ello de lo que estamos hablando. Neto es un ganador. En el último partido de Liga, ante el Villarreal en el estadio de Mestalla (0-1), el guardameta subió a rematar un corner en busca del gol de la igualada. El portero tuvo la opción, pero su disparo de marchó fuera. Lo del brasileño no es solo detener balones, sus cifras en la Liga hablan de 42 intervenciones, entre ellas ha parado el único penalti que le han lanzado al Valencia, sino que también manda y empuja a sus compañeros hacia delante.

«El secreto reside en la felicidad con la que vamos todos juntos a entrenar. Hemos formado un buen equipo, nos llevamos bien y eso es algo fundamental, se ve reflejado en el campo», explicaba el portero a la revista Club del Deportista.

Si Neto rezuma felicidad por los cuatro costados, la marcha de Diego Alves tras seis temporadas en Mestalla fue amarga. El guardameta, con unos registros pésimos al haber encajado 32 goles en 17 partidos, vivía de su fama de parapenaltis. Eso ya olía a portero de equipo mediocre, en el que el guardameta es protagonista. Pero a la hora de evitar goleadas.

El Valencia le obligaba a algo más. Pese a haber realizado 68 intervenciones, su rodilla (se lesionó en la temporada 2015-2016) tampoco estaba para grandes gestas. Alves se marcó del Valencia enfrentado a la grada y al vestuario. El brasileño, que llegó a Mestalla en 2011 procedente del Almería, salió del club a la segunda de cambio. Después de un fallido primer intento que le mandó incluso al banquillo de la mano de Pako Ayestarán. Marcelino no tuvo piedad.

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