Marcelino dio en el clavo en los tres cambios y dinamitó la dinámica de un partido que parecía condenado al fracaso. El técnico asturiano percibió los puntos débiles de su equipo y los fue supliendo. Primero sustituyó a los dos delanteros (Santi Mina y Vietto) por Zaza y Rodrigo. Y después relevó a un desquiciado Carlos Soler por Ferran Torres. Al igual que Ernesto Valverde, Marcelino tiene la habilidad de descubrir sobre la marcha las carencias de su alineación. Y el Valencia le dio la razón en Málaga para remontar en cinco minutos y consolidar la tecera plaza de la Liga. Ayudó muchísimo el atrevimiento de Coquelin al cabecear al primer palo un centro de córner de Parejo. A continuación, entraron en acción los jugadores de más talento para la contra: Zaza sirvió a Guedes y este envió un pase diagonal a la espalda de la zaga a Rodrigo, agarrado por Ignasi Miquel para evitar el gol. El penalti lo transformó Parejo con un disparo enroscado y sin contempaciones.

El VCF, sin embargo, cometió demasiados errores, sobre todo conceder muchas faltas laterales. En una de ellas, en el minuta 94 por parte de Gayà, casi acaba en infarto para Marcelino: el portero Roberto, que había subido a rematar, cabeceó solo y se le fue el balón cruzado por muy poco.

Fue como si José González, técnico del Málaga, se hubiese inspirado en el partido en el que el Getafe de Bordalás ganó al Valencia en la primera vuelta: una defensa muy dura para intimidar a los delanteros (a Vietto le dieron dos patadas y desapareció) y un juego directo en busca de los dos puntas (Ideye y En-Nesiry) para exigir al máximo a los centrales. El resultado fue el gol de Ideye a la salida de un córner, mal defendido por Vezo, flojo en defensa y también en ataque en su posición de lateral derecho. Murillo, en su regreso al equipo tres meses después, le dio más consistencia, pero no evitó los 12 partidos seguidos encajando goles de manera consecutiva.

Marcelino necesitaba un revulsivo y Rodrigo y Zaza comenzaron a calentar en el comienzo de la segunda parte. En condiciones normales, estos deberían ser los delanteros titulares.

El VCF siguió entregando faltas y córners al Málaga, que las recibía como un tesoro. En uno de ellos, vino el gol anulado al Málaga por un empujón de En-Nesiry a Gabriel Paulista. El partido de los Vietto y Santi Mina había sido muy flojo y Marcelino los sustituyó por Rodrigo y Zaza. Iturra le hizo una entrada terrorífica a Guedes en una carrera fulgurante del extremo portugués. El árbitro, muy blandengue, le perdonó la expulsión. El VCF mejoró inmediatamente con los cambios. El ataque, ahora sí, comenzó a ser amenazador para el Málaga. Los futbolistas entendieron que su entrenador había vuelto a interpretar el partido como convenía y quisieron agradecérselo con un estirón hacia la Champions. La victoria resulta euforizante, pero el margen de mejora es enorme.