M. V., Valencia

Las casas que ardieron el pasado fin de semana y el lunes en la avenida de Blasco Ibáñez y la calle Manuela Estellés poco antes de que algunas de ellas fueran derribadas por Aumsa y Cabanyal 2010 al formar parte de la prolongación de la vía hasta el mar, estaban ocupadas ilegalmente por algunos de los toxicómanos que huyeron de "Las Cañas" como consecuencia de la redada policial que se llevó a cabo hace un par de semanas en el "híper" de la droga, tal como Levante-EMV ha podido saber de fuentes vecinales y policiales.

Así, en principio fueron los drogodependientes los que ocasionaron, supuestamente, los incendios que en los últimos días han afectado a algunas de estas viviendas, agregaron las fuentes. "Quemaron las casas por accidente en algunos casos, y en otros por la rabia de que los echasen de allí", detallaron. No obstante, todos coincidieron en desvincular estos siniestros de las protestas en contra del Plan del Cabanyal.

"Cuando la policía empezó a actuar, unos salían maldiciendo y otro, que parecía de algún país del Este, se puso bastante violento, aunque acabó cediendo y salió de la vivienda", relató César Mifsut, responsable de Cabanyal 2010.

Finalmente, las casas fueron desalojadas, pero la operación se saldó con varias construcciones quemadas. Dos de ellas ni siquiera eran propiedad del ayuntamiento y, por lo tanto, no iban a ser derribadas. Ahora, sin embargo, su demolición está más cerca, puesto a que el consistorio iniciará expediente de ruina debido al lamentable estado en que han quedado ambas viviendas.

Desahucios y viviendas tapiadas

Hace varios meses, los inquilinos de estas casas fueron desalojados para ejecutar las demoliciones y ampliar Blasco Ibáñez en ese tramo. Los desahucios provocaron las protestas de los habitantes, que, según Salvem El Cabanyal, "vivían en sus propiedades desde hace más de cuatro años" y se sentían engañados porque "habían jugado con ellos como si fueran muebles u objetos de usar y tirar".

Tras aquellos desalojos, las viviendas permanecieron tapiadas y completamente vacías hasta hace apenas un par de semanas, cuando la redada en "Las Cañas" obligó a muchos toxicómanos a buscar refugio en otros puntos de la ciudad, como El Cabanyal, donde se ha tenido que reforzar la vigilancia policial como consecuencia de ese éxodo. "Esas casas eran un escondite perfecto para ellos y no es de extrañar que, desde que llegaron allí hace un par de semanas -precisamente cuando tuvo lugar el primer incendio-, las construcciones hayan ardido, puesto que hacen fogatas dentro", señalaron fuentes policiales.