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Vecinos de Carpesa han expresado su indignación por la fiesta que se organizó en un local de la alcaldía pedánea la noche de Nochebuena, una fiesta que se prolongó hasta las ocho de la madrugada y que causó importantes molestias a los vecinos por el ruido y por la suciedad que dejó el "botellón" organizado en los alrededores. Los vecinos, que desconocen quiénes son los organizadores ni quién dio el permiso, creen que celebraciones como ésta no se pueden permitir en ningún lugar y menos en un local municipal.

Según explicaron algunos de los afectados, el local donde se celebró la fiesta es un antiguo bar de jubilados situado en el viejo edificio de la alcaldía pedánea. Al parecer, este local tiene una puerta trasera que da a una plaza peatonal y ahí es donde se habilitó la entrada a la fiesta y donde se concentró la gente.

Sobre las dos de la madrugada, dicen, esa plaza empezó a llenarse de coches y se contaban por "cientos" los jóvenes que acudían al local. Unos entraban dentro, donde se pinchaba "bacalao", precisan, y muchos otros se quedaban bebiendo en la calle, formando un "botellón" que duró hasta las ocho de la mañana aproximadamente.

Muchos de los vecinos de la zona aseguran que no pudieron dormir en toda la noche por el ruido de la música y de la gente y, además, se muestran muy cabreados por la suciedad que quedó en todos los alrededores. "Allí había vasos por el suelo, botellas, bolsas, orines, vómitos, de todo lo que os podáis imaginar", aseguran.

De todas formas, lo que más les sorprende es que este local es de titularidad municipal -"allí al lado sigue pasando consulta el médico", aseguran- y no saben cómo ni quién ha autorizado esa fiesta, la primera de estas características. Es más, temen que esta situación pueda repetirse en futuras celebraciones, la más próxima Nochevieja, que se presta mucho a este tipo de reuniones.

De momento, estos vecinos no tienen previsto tomar ninguna iniciativa ante el alcalde pedáneo ni ante el Ayuntamiento de Valencia, aunque esperan que se investigue el caso y no se vuelva a repetir. Ellos creen, simplemente, que la alcaldía pedánea cedió el local a un grupo de jóvenes de la localidad y que la convocatoria se les fue de las manos.