Las bicicletas de JCDecaux son robustas y cómodas. Estas características evitan que se estropeen con facilidad y que los usuarios puedan circular a excesiva velocidad con ellas. La única pega es que deberían haber sido dotadas de un portabultos o "transportín" para poder llevar bolsas o maletines, dado que la pequeña cesta delantera que incorporan resulta insuficiente para transportar los enseres que estudiantes o trabajadores llevan a diario. Las estaciones donde están las bicicletas son numerosas, aunque el mayor problema estriba en que ha sido planificada su instalación en los barrios más visibles y turísticos (los cercanos a la playa) olvidando, por ejemplo, toda la zona del Bulevar Sud. La distribución de las bicicletas debería realizarse en toda la ciudad por igual ya que es justamente en los barrios obreros donde debería haber una mayor cobertura del servicio de préstamo, dado que su coste (18 euros al año) es una excelente oportunidad de movilidad para las familias con pocos ingresos.

El préstamo de bicicletas potencia los negocios de ciclismo urbano en la ciudad. Se consigue atraer a una población entre los 30 y 50 años de edad, que no había utilizado la bicicleta con anterioridad como medio de transporte urbano, aunque sí con fines deportivos o de ocio. Estos usuarios, pasado un tiempo y ya habituados a desplazarse en bicicleta por la ciudad, acaban adquiriendo una bicicleta propia. Así, a la larga, la bicicleta dejará de ser considerada por la sociedad como un transporte para universitarios y estudiantes con poco dinero y se convertirá en un medio de transporte legítimo sin ningún estigma social.

¿Qué problemas trae asociado el préstamo de bicicletas? El servicio aumenta el número de bicicletas presentes en la ciudad y provoca un efecto bola de nieve en los meses siguientes. En la ciudad de Valencia no existen ni las instalaciones ni las infraestructuras (carriles bici y aparcabicis) necesarias para absorber 2.700 bicicletas de préstamo, más la oleada de ciudadanos que comienzan a utilizar la bicicleta como medio de transporte, ya sea con su propia bicicleta o con la de préstamo. Como consecuencia, ante la falta de carriles bici, las aceras comienzan a llenarse de ciclistas. Y ante la falta de aparcabicis, el mobiliario público sirve de aparcabicis improvisado. Un problema añadido es que muchos de los ciudadanos que se incorporan a utilizar la bicicleta no saben todavía las reglas de circulación en bicicleta, circulan a gran velocidad por las aceras, aparcan las bicicletas en lugares indebidos y la convivencia coches - ciclistas urbanos - peatones comienza a generar conflictos.

Los ayuntamientos solo toman medidas punitivas, comenzando a multar a los ciclistas, multas que aquí en Valencia ya han comenzado a ponerse en el Paseo Marítimo. Finalmente los más perjudicados son, por un lado, los peatones que ven las aceras y el mobiliario urbano invadido por las bicicletas y, por otro lado, los ciclistas urbanos, que ven como los carriles bici resultan insuficientes (ya lo son en la actualidad) y deben aventurarse a circular por la calzada o arriesgarse a ser penalizados por circular por las aceras. Por último no existe una normativa clara y homogénea sobre circulación en bicicleta en ciudad, Tráfico tiene una normativa para la circulación de bicicletas en vías interurbanas, la Ordenanza de Circulación de Valencia de reciente creación regula la circulación en ciudad, y la Ley de Playas que regula las playas y paseos marítimos de la ciudad, otra distinta. Estas normativas no está unificadas, los ciclistas urbanos las desconocen y en muchos casos también los policías que acaban multando de manera arbitraria.

Por lo citado en el punto anterior recomendamos al Ayuntamiento de Valencia: Realizar un estudio estructurado y coherente sobre las necesidades de infraestructuras para el ciclismo urbano, construir más carriles bici que permitan acceder a todas las partes de la ciudad sin necesidad de circular por las aceras e instalar muchos más aparcabicis, unificar en la medida de lo posible todas las normativas referentes a la circulación ciclista por ciudad y por vías interurbanas y darle mayor difusión para que los agentes y ciudadanos las conozcan y las respeten.

?Ingeniero industrial, especialista en movilidad y gerente de Biciutat