El gasto en personal se come el presupuesto del Ayuntamiento de Valencia. Si en 1991, el año en que Rita Barberá llegó a la alcaldía, el coste de la plantilla -incluyendo nóminas, gratificaciones y prestaciones sociales- representaba el 29% del gasto total, este año el porcentaje se ha ido al 34,7%, lo que en números redondos supone 267 millones de euros.

Pese a los planes de austeridad y al recorte medio del 5% en las nóminas de los funcionarios y cargos públicos impuesta por el Gobierno, el Ayuntamiento de Valencia no ha logrado reducir el gasto en términos de porcentaje sobre el presupuesto. En 2009 el mantenimiento del personal se llevó el 33,4% del presupuesto.

Dentro de los 267 millones de gastos de personal se incluyen 280.000 euros en gratificaciones, repartidas entre la policía local (232.000 euros) y los bomberos (47.500 euros).

Durante los 19 años que lleva gobernando el PP en el "cap i casal" el presupuesto municipal ha aumentado un 175% y los gastos de personal el 226,7%, cuando la población sólo ha crecido el 7,64%.

Si hubiera que calcular cuánto le ha costado este año a cada valenciano mantener la plantilla del ayuntamiento, la cifra sería 327 euros. En compensación, cada ciudadano ha recibido 77 euros en concepto de inversión del ayuntamiento.

Mantener las nóminas de los funcionarios, bomberos, policías, concejales y asesores de los grupos políticos ha costado este año dos euros más por habitante que el año anterior y un 203% más que en 1991. También es cierto que la plantilla del ayuntamiento ha aumentado desde los 4.232 trabajadores de hace 19 años a los 6.289 actuales, incluyendo personal laboral y eventual. La situación del personal de la Casa Gran ha mejorado considerablemente con el gobierno del PP. El salario medio -resultante de dividir el coste total por el número de funcionarios de la plantilla- ha pasado de 19.300 euros a 42.400.

De manera más pormenorizada, mantener a los 33 concejales del ayuntamiento cuesta 2,7 millones de euros, menos que las nóminas de sus asesores, que suponen 3,4 millones de euros a las arcas municipales.

El aumento del gasto en personal no es un hecho aislado del Ayuntamiento de Valencia ya que, como informó este diario, en la mayoría de grandes ayuntamientos ha ocurrido así.

En relación a los ingresos y al contrario de lo que pudiera presumirse presumirse por la crisis, el Ayuntamiento de Valencia ha ingresado 25 millones más de lo presupuestado por impuestos directos e indirectos, tasas, transferencias y multas. Así lo evidencia la Auditoría Municipal de 2009.

El IBI, la antigua contribución urbana, es el impuesto de más peso en las arcas municipales. En 2009 se recaudaron casi 179 millones de euros, 6,7 más de lo previsto a principios de ese año.

También ha mejorado la recaudación de las multas de tráfico. El consistorio ha recaudado 8,3 millones de euros, el 25% del importe total de multas impuestas en 2009, frente al 20,5% que se recaudó en 2008. El año pasado se anularon 5 millones de euros en sanciones de tráfico debido a los pagos por anticipado y a las prescripciones, lo que representa el 2% del total de las multas.

El año pasado se pasaron a fase de apremio (en la que el ayuntamiento puede proceder al embargo de bienes y cuentas del sancionado) 206.000 multas, equivalentes a 27,4 millones de euros.

La auditoría del interventor ha puesto reparos de legalidad a una de cada cuatro sanciones impuestas en 2009, aconsejando la prescripción de las mismas.