Emocionante. Así describen la "mascletà" cinco valencianos de la Federación de Personas Sordas de la Comunidad Valenciana (Fesord). El mismo sentimiento que describiría cualquier persona con plenas capacidades sonoras, sólo que percibido de forma diferente. "Lo sentimos sobre todo en el pecho, en cada subida y bajada de tono", aseguran.

Una "mascletà" no sólo se oye, sobre todo, se siente. Y prueba de ello es que Vanesa, María de los Ángeles, Juan Miguel, Merche y Néstor disfrutaron mucho la "mascletà" de ayer, desde un lugar privilegiado: el balcón que Amstel tiene en el edificio del Ateneu Mercantil, un espacio exclusivo que dispone la cervecera para invitar a personalidades y que en este caso ha querido compartir con Fesord gracias a los buenos oficios de la agencia Publips.

"Es una sensación parecida a la música", afirman desde la federación. "En una discoteca nos acercamos a los bafles", pero la sensación de la "mascletà" aseguran que es mucho mayor. En este caso, independientemente de la situación, la vibración y las hondas sonoras que se generan son más fuertes. "Como valencianos que somos nos gusta la "mascletà" y estamos orgullosos de ella", reivindican los miembros de la federación. "Tenemos la sensibilidad muy afinada", declaran, al tiempo que recuerdan cuál fue su sensación la primera vez que asistieron a un acontecimiento de estas características: "La primera vez te sientes algo desubicado, pero luego puedes llegar a valorar, como los demás, si una mascletà es buena o mala". Sus criterios se basan en los pulsos sonoros, las vibraciones, los colores y el ritmo que todo ello despierta. En definitiva, el mismo sentimiento subjetivo que podría experimentar cualquier persona con plenas capacidades sonoras.