Valencia es una de las grandes ciudades de España menos congestionadas de tráfico en lo que a sus accesos se refiere, pero aún así cada día caen en los atascos 26.000 vehículos y 48.000 usuarios sufren las consecuencias. Quienes suelen coger el coche en horas punta pierden al año el equivalente a cinco días de vacaciones y desperdician gasolina por un valor superior a los 380 euros.

Estos datos vienen recogidos en un informe del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) sobre la "Congestión de las vías de acceso a Valencia" para el que se han estudiado 135 kilómetros de carretera y se ha entrevistado a más de 2.000 conductores.

La conclusión, según explicó ayer el delegado del RACC en Valencia, Xavier Abadía, es que en esta ciudad hay poca congestión en los accesos y que la poca que hay se produce en torno a las ocho de la mañana y las seis y media de la tarde, alcanzándose unas velocidades medias de 107 kilómetros p0r hora, muy próximas al máximo permitido en vías de alta capacidad. Si se analiza el conjunto del día sólo el 2,4% de la red viaria presenta congestión y durante las horas punta el porcentaje apenas crece un punto.

No por ello deja de haber datos que ponen de relieve el fuerte impacto de los atascos y la necesidad de mejorar los transportes públicos. Según el estudio, de los 475.000 vehículos que circulan cada día por la red metropolitana, un 5,6%, es decir, 26.000, caen en alguna cola, lo que afecta a 48.000 usuarios. Además, ocurre que el 24% de esos usuarios lo padecen circulando en un transporte público.

Los puntos más congestionados son la Ronda Norte, debido sobre todo a los semáforos; la CV-35 (pista de Ademuz) en los dos kilómetros iniciales; y la carretera de Madrid.

Por término medio, cada valenciano pierde en los atascos 4,6 minutos al día, lo que equivaldría a dos días de vacaciones; y para quienes suelen circular en horas punta esa pérdida de tiempo sube a 9,8 minutos al día, el equivalente a cinco días de vacaciones.

Se ha medido, incluso, la repercusión de los atascos en el bolsillo de los usuarios, que es de 177 euros anuales de media y de 380 euros para quienes viajan en hora punta.

Xavier Abadía cree que esta situación es tolerable por el momento, pues la crisis ha rebajado los atascos en todas las ciudades, pero advierte de que en el futuro el problema puede acrecentarse y que la solución es mejorar el transporte público.

Según el estudio, el tiempo utilizado en los desplazamientos con medios colectivos es superior al del transporte privado, y cuando hay que utilizar dos medios distintos esos tiempos se duplican y hasta se triplican. En esas condiciones es difícil que haya un cambio de costumbres, pues el tiempo, junto con la comodidad y la combinación, son los factores más valorados. Por contra, quienes usan el transporte público dicen hacerlo por comodidad y por falta de aparcamiento.

En consecuencia, para solucionar los atascos el RACC propone fundamentalmente mejorar el transporte público, haciendo carriles segregados para este tipo de desplazamientos, carriles especiales para vehículos con alta ocupación y autobuses exprés en determinados corredores como el que uniría Torrent con Burjassot pasando por el aeropuerto y la feria, o uno que conectara todos los polígonos industriales de la A-3.

También propone crear aparcamientos disuasorios ligados al metro, por ejemplo en las estaciones Pobla de Farnals, Quart o Silla, con al menos 300 plazas. Y por último, sugiere mejorar la movilidad concienciando al ciudadano para que los vehículos vayan más ocupados, introducir la alta tecnología en la gestión de las vías o mejorar las infraestructuras. De momento, debería segregarse completamente la V-30 y eliminar nudos.