La Justicia subió ayer el segundo escalón en su investigación sobre el escándalo más sonado en la gestión de las aguas residuales que se recuerda en Valencia y que se llevó por delante una empresa pública con un agujero de 17 millones de euros y hasta 32 en contratos no justificados correctamente. Así, en la declaración del primero de los nueve imputados por delitos de estafa, malversación y delitos societarios , el exgerente de la Empresa Metropolitana de Aguas Residuales de Valencia S.A. (Emarsa), Esteban Cuesta, afirmó que él se limitaba a seguir las instrucciones del expresidente de la Entidad Metropolitana de Recursos Hidráulicos (Emshi), Enrique Crespo -entidad propietaria de Emarsa-, y que solo comprobaba la realización de algunos de los trabajos.

En una declaración que duró más de seis horas, Cuesta sólo respondió a una parte de las preguntas que le planteó el juez instructor que tuvo que fijar otra nueva fecha de declaración para el lunes a las 9.15 horas. El exgerente tuvo que explicar la forma de contratación, a la supervisión de los trabajos y su relación con diferentes empresarios que realizaron supuestamente obras en la depuradora. También se le exhibieron diferentes facturas y contratos para comprobar las firmas y los cuños.

El instructor planteó un cuestionario muy minucioso. En el momento en que indagaba sobre la contratación de empresas, algunas acusadas de cobrar servicios no prestados o por hinchar facturas, Cuesta aseguró que "recibía instrucciones" de Enrique Crespo. "Todo eso lo sabe mi presidente", apuntó. Al inquirirle el juez por el nivel de conocimiento de la gestión que tenía el actual alcalde de Manises, el exgerente imputado afirmó que "de todos los contratos se le informaba y era conocedor de todos los pagos". Cuesta cifró en seis las reuniones mensuales que mantenían él y Crespo, "una media de una vez por semana".

El exgerente recordó que "todos los contratos y facturas van a las cuentas generales y cuando se aprueban se les manda a los representantes políticos para aprobarlas una vez auditadas". "Incluso algunos miembros del consejo nos mandaban financieros de sus ayuntamientos para revisarlas".

El juez se centró en las dos empresas suministradoras de informática que facturaron más de 2,3 millones de euros en cuatro años. Cuesta reconoció que el jefe de informática de Emarsa, otro de los imputados, no tenía contrato pero supervisó todas las compras con empresas con las que tenía relación familiar. En 2010 esta firmas facturaron 421.000 euros en material aunque en el inventario sólo se certificaron 30.923. Cuesta dijo que "había muchos puestos informáticos".

Sobre los 300.000 euros gastados en viajes por la depuradora el exgerente manifestó que todos eran viajes de trabajo a ferias, actos del Consell y un viaje de todos los consejeros a la Expo de Zaragoza. Asimismo, respecto al papel que jugaba en este caso otro de los imputados, el exdirector financiero de Emarsa, Enrique Arnal, señaló que no era el que contrataba, ni el que recepcionaba mercancías ni el que firmaba los presupuestos. Sino que lo que hacía era comprobar la correspondencia entre los albaranes, los presupuestos y la factura y se las pasaba para firmarlas.

Cuesta tambien cobraba del Ayuntamiento

Esteban Cuesta, exgerente de Emarsa, también era alcalde pedáneo de Benimàmet durante su etapa al frente de la depuradora de Pinedo. Cuesta tenía una dedicación exclusiva por la que percibía más de 60.000 euros anuales. Además, el Ayuntamiento de Valencia le hizo numerosos ingresos de 1.033 euros entre 2004 y 2007 en concepto de gastos de representación, según reconoció el propio Cuesta.

El juez mostró hasta nueve pagos de diferentes meses no consecutivos y le preguntó si la periodicidad de los abonos era mensual. Pese a que había transferencias en meses consecutivos, el exgerente aseguró que los ingresos eran anuales.

El magistrado también inquirió a Cuesta sobre su entrada en la depuradora de Pinedo. El 21 de junio Cuesta suscribió un contrato de alta dirección junto con el presidente Enrique Crespo. La experiencia laboral que aportaba era como director de Enfermería del Área de Sagunto de atención primaria y confirmó al juez que hasta la fecha, nunca había tenido experiencia profesional como gerente de empresas.