Los pescadores de l'Albufera denuncian que la paja podrida, procedente de la cosecha del arroz que los agricultores no queman y que se queda en el lago elimina el oxígeno del agua y reducen la cantidad de anguilas, por lo que se encuentran inmersos en una campaña de pesca "bastante mala": esperan entre 4 y 5 toneladas de captura, tal como explica José Caballer, presidente de la Comunitat de Pescadors de El Palmar, que señala que si el lago estuviera bien esperarían una cantidad que rondara los "14.000 ó 15.000 kilos" de este pescado, aunque matiza que si las aguas estuvieran en perfectas condiciones "las cantidades podrían llegar a las 40 ó 50 toneladas". Los problemas causados por la paja podrida han llevado a los pescadores a pedir a la Conselleria de Medio Ambiente "que obligue a los agricultores a quemarla o, por ejemplo, no inunde los campos".

No es el único escollo en la pesca de este preciado animal. Caballer explica que los cormoranes, conocidos en el lago como "corbes", comen "varios kilos de anguila al día, lo que reduce la cantidad disponible para la pesca". La situación este año se ha hecho especialmente complicada porque "las altas temperaturas" del pasado otoño hicieron que las primeras semanas de la campaña -octubre y noviembre- "no se pudiera pescar nada". Además, apunta hacia la "política de aperturas de compuertas" del lago para permitir la entrada de peces a l'Albufera porque "no llegan suficientes ejemplares para alimentar a las anguilas". En este sentido, explica que si se abren por la noche "para que entren entre 35.000 y 40.000 ejemplares de "llises" y luego la mala calidad del agua o los cormoranes terminan con ellas, no hacemos nada". Así las cosas, Caballer no descarta medidas para exigir más protección a los pescadore de l'Albufera.