La falla José Mª de Haro-Poeta Mas y Ros de Valencia ha negado que genere "exceso de ruido" y, por tanto, tiene previsto recurrir la orden judicial que ordena el cierre del casal, ubicado en un bajo de la Plaza Profesor Santiago Grisolía de la capital del Turia.

El titular del juzgado de primera instancia número 11 de Valencia ha estimado parcialmente la demanda de la comunidad de propietarios del número 1 de la Plaza Profesor Santiago Grisolía y ha ordenado el cierre del casal fallero José Mª de Haro-Poeta Mas y Ros al considerar probado que el sonido o ruido que genera "excede de lo normal" y que afecta a los vecinos.

No obstante, la presidenta de la falla, Francisca González, ha negado que el casal genere exceso de ruido. En este sentido, ha asegurado que nunca encienden el reproductor de música y que el casal únicamente se abre entre las 20.15 y las 21.30 o las 22.00 horas como muy tarde.

Para González, las molestias que alegan los vecinos no se deben a la actividad de la falla, sino a "los grupos de personas que se reúnen en la plaza", en la que jóvenes "juegan al balón, hacen 'botellón'" y tienen "la música muy alta".

Según los vecinos, el principal afectado es el vecino del piso inmediatamente superior al local, al que se le ha diagnosticado depresión ansiosa. Sin embargo, la presidenta de la falla ha asegurado que ni él ni su esposa viven en la vivienda desde finales de 2009, meses después de abrirse el casal.

Francisca González considera que esta pareja "ha convencido a los vecinos" para tratar de cerrar el casal porque "no nos quieren aquí", pero ha indicado que no existe ninguna denuncia de la policía y que "directamente nos denunciaron al juzgado".

"Continuos ataques" al colectivo fallero

El cierre del casal ha encendido la indignación en el mundo fallero. La Unión de Agrupaciones del Cap i Casal (UACC), compuesta por la Agrupación de Fallas del Marítimo, la Federación Benicalap-Campanar, la Agrupación Mestalla-Benimaclet, Rascanya y Creu Coberta, ha mostrado su apoyo absoluto a la comisión y ha hecho patente su "preocupación, rechazo y malestar ante los continuos ataques que viene sufriendo todo el colectivo fallero".

La entidad denuncia la "indefensión y discriminación" a la que en su opinión se ven sometidas las fallas frente a decisiones que "no se toman en igual medida con otro tipo de establecimientos que se encuentran en las mismas condiciones".

"Los casales falleros son locales sociales donde se desarrolla una labor administrativa, social y cultural propia de nuestra tierra, que vamos a continuar ejerciendo a pesar de aquellos que no lo entienden así", señala la UACC, que hace una llamada a la "reflexión" y solicita a las partes afectadas "comprensión y voluntad" para solucionar el problema.