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La lluvia solo concedió una tregua en la primera "mascletà" de marzo: el momento del disparo y la celebración posterior. Por ello, el espectáculo al que acuden cada año miles de valencianos que llenan la plaza del Ayuntamiento se vio algo mermado por la falta de asistencia. Media hora antes del disparo, la plaza ni estaba llena ni parecía que fuera a estarlo. Sin embargo, el público fue llegando poco a poco, con sus cabezas a buen recaudo gracias a los paraguas que convirtieron la plaza en un manto multicolor. De hecho, el público los cerró apenas cinco minutos antes del disparo.

El tiempo no acompañaba y fueron muchos los que pensaron que el espectáculo, antes o después, se suspendería. Incluido el propio pirotécnico, Jose Vicente Nebot, de la empresa Peñarroja. "Me ha sorprendido cómo se ha portado esta "mascletà" hoy, tras aguantar más de dos horas con lluvia. A las 12 horas pensaba, de verdad, que se iba a suspender. He estado nervioso toda la mañana porque no es bueno disparar con lluvia. Además, el 'Hombre de negro? (de El hormiguero) no ha podido venir. Una lástima", afirmó ayer el pirotécnico tras un disparo que duró seis minutos, explotó 190 kilos de pólvora y tuvo un final "apoteósico" que dejó satisfecho a los asistentes.

El principio ya sorprendió. El ritmo era especial y distinto, pero resultaba familiar. De hecho, más que en Fallas daba la sensación de estar en una procesión de Semana Santa. "Hemos simulado un paso de Semana Santa, como si se tratara de tambores. Esa era la sorpresa que teníamos guardada y ha salido todo perfecto. Son secuencias de tiempo difíciles de conseguir y hemos trabajado muchas horas en este disparo. Al final, no hemos tenido que modificar nada de la 'mascletà' pero tenía el corazón en un puño. Estoy muy contento con el trabajo de mis operarios", señaló el responsable de Pirotecnia Peñarroja.

Como un grito de guerra

En el balcón del ayuntamiento, ni las falleras mayores de Valencia -Begoña Jiménez y la niña Carla González- ni sus respectivas cortes de honor perdieron la sonrisa y el ánimo, a pesar de la fina lluvia que no cesaba. Cantaron, bailaron, "botaron" y saludaron a todo el que se acercó a ellas o les gritaba desde la plaza. Eso sí, resguardadas del frió bajo sus pañolones. Estaban pletóricas. Tanto es así, que la mítica frase que da inicio al espectáculo -"senyor pirotècnic pot començar la mascletà"- sonó como un grito de guerra, por el ímpetu con el que lo pronunciaron sus protagonistas.

La afluencia de público en la plaza fue menor que la de otros años, pero no ocurrió lo mismo con un balcón que siempre está hasta los topes. Entre los invitados se encontraban las juntas locales de Sedaví, La Vall d'Uixó, Xàtiva, Moncada y Tavernes de la Valldigna, además del teniente general Comas, el general y comandante militar Acuña, el General Jefe del Estado Mayor, Jerónimo de Gregorio, así como la Reina dels Jocs Florals de Lo Rat Penat, Irina Manglano Beneyto y numerosos miembros de la corporación.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, por su parte, confesó tras el disparo que las fiestas arrancan para ella con un sabor agridulce. Y es que a pesar de estar "triste" por "motivos familiares", intentará contribuir "para que sean las mejores fiestas".

La Cruz Roja, además, atendió ayer a cuatro personas, dos por entrada de objeto extraño en el ojo, otra por contusiones y otra por lipotimia.