El 2 de junio del año pasado un ciclista de 29 años resultó herido grave por un coche en Benicalap. El 13 de enero pasado una joven de 20 años murió arrollada por un vehículo cerca de la estación del AVE. Como éstos hay varios cientos de accidentes en Valencia cada año, en concreto 419 en 2012 y 113 en los cuatro meses que llevamos de 2013, arrojando un saldo de heridos de 333 y 94, respectivamente. Pero la causa principal no son las bicicletas, sino los automóviles, que según las estadísticas oficiales intervienen en tres de cada cuatro siniestros.

Tan preocupantes datos han sido revelados por la Concejalía de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Valencia en su respuesta a una pregunta de la concejala socialista Pilar Calabuig, que la formuló como parte del debate abierto sobre la conveniencia de que los ciclistas lleven o no casco en la ciudad, un debate en el que el grupo socialista y el propio ayuntamiento ya han intervenido para decir no.

Según los datos oficiales, el año pasado hubo 419 accidentes con 324 heridos leves y 9 graves. Y en lo que va de año, el número de siniestros va ya por 113, con 91 heridos leves y 3 graves.

Aquí no se ha incluido la muerte de la joven de 20 años antes aludida porque probablemente la Policía Local la ha considerado atropello de peatón al producirse en un paso de cebra, dijeron fuentes municipales.

Lo más llamativo de estos datos y de ahí su valor para el debate del casco, es que de los 419 accidentes de 2012, 300 tuvieron la participación de un vehículo a motor. Muy de lejos le siguen las caídas (90), las colisiones entre bicis (17), la mediación de un peatón (10) o el atropello de un animal (2).

Para Pilar Calabuig, la primera valoración de estos datos es que "son muy elevados para una ciudad que aspire a tranquilizar la circulación por su casco urbano". Pero dicho eso, destaca la fuerte intervención de los vehículos a motor, que prácticamente causaron un accidente diario y que suelen disparar la gravedad de los mismos.

Su posición, por tanto, es contraria al casco y favorable a medidas de pacificación del tráfico que, según Calabuig, el ayuntamiento no pone. La mayoría de los carriles bici se hicieron con el Plan Zapatero, recuerda, y el ayuntamiento "ni los completa, ni los señaliza ni los vigila". Sólo ha adoptado medidas, asegura, para "perseguir a los ciclistas con el ánimo de recaudar".

Su propuesta es mayor presión contra los coches, con calles peatonales, carriles bici y zonas 30 debidamente señalizadas. Se trataría de fomentar la bici en detrimento del vehículo a motor.