Un incendio en un centro de transformación eléctrica situado en un bajo de un finca del barrio valenciano de Malilla dejó ayer sin suministro a más de 200 vecinos y varios locales comerciales de la zona durante cerca de trece horas. El fuego originado a las 4.30 horas de ayer afectó a todas las salidas de baja tensión del citado transformador, por lo que no se podía conectar ningún tipo de grupo electrógeno hasta sustituir la línea principal, según informaron fuentes de Iberdrola. Este es el segundo incendio de similares características en unidades de transformación de la Comunitat Valenciana en apenas dos días, después del ocurrido en Dénia el martes, que obligó a desalojar a una treintena de vecinos.

"Parecía una bomba, la explosión nos despertó a todos", asegura un vecino de uno de los inmuebles afectados por la caída del suministro eléctrico. Eran aproximadamente las 4.30 horas de la madrugada cuando un fuerte ruido sacudió a los residentes de las fincas situadas entre la plaza Ceramista Jimeno y la avenida Peris y Valero de Valencia. Acto seguido, cuando intentaron encender la luz se dieron cuenta de que no tenían servicio. "Nos asomamos a la ventana y vimos como salía un humo muy negro del transformador de la esquina", apuntó Blas.

Al lugar acudieron varias patrullas de la Policía Local, así como los bomberos, quienes dieron por controlado el fuego rápidamente. No obstante, aunque no fue necesario el desalojo de los vecinos y nadie resultó intoxicado por el humo, las llamas destruyeron por completo los cables de baja tensión que dan suministro a las casas de esta barriada.

150 puntos de suministro

Fuentes de Iberdrola aseguran que este incidente afectó a 150 puntos de suministro y que se solventó "lo más rápido posible" para la gravedad de la avería. No piensan lo mismo los vecinos que tuvieron que padecer las consecuencias de la caída del suministro hasta que a las seis de la tarde se restableció el servicio con un grupo electrógeno, después de sustituir toda la línea principal.

"No podemos poner el aire acondicionado y la comida del congelador se nos está haciendo mala", apuntó un residente de una de las fincas afectadas. "Yo he tenido que cerrar porque sin luz no podemos hacer nada", añadió el responsable de un concesionario de coches. El mismo problema tuvieron los bares de la plaza y una farmacia en cuyo cartel podía leerse ayer: "Disculpen las molestias, no puedo abrir por falta de luz".

"Íbamos a empezar hoy la rehabilitación de la fachada y llevamos toda la mañana parados porque los motores del andamio van con luz y no hay servicio", se lamentaba un operario que también sufrió las consecuencias del apagón. "Al final mis tres compañeros se han ido a otra faena pero yo me tengo que quedar aquí a vigilar los andamios hasta que se dignen a poner la luz", apuntó Juan.

Asimismo, debido a que los ascensores de las fincas tampoco funcionaban, los sanitarios de dos ambulancias tuvieron que ayudar a subir en camilla a dos mujeres de avanzada edad hasta sus respectivos domicilios.

A las ocho de la tarde los operarios trajeron el nuevo transformador. El que se había quemado ya había sufrido hasta tres averías en los últimos años, según los vecinos.