La fábrica Moyresa, ubicada a escasos 50 metros de las viviendas del barrio de Natzaret, será historia en marzo de 2014. Así lo anunció el jueves la Autoridad Portuaria de Valencia a los vecinos en una reunión en la que también fueron informados de que no hay previsión de llevar a cabo la descontaminación de los terrenos dado que, según aduce el puerto, el suelo no lo necesita. Tampoco se desmantelarán los depósitos de la industria ni la cimentación de los edificios. Tras el derribo, el solar de la fábrica, que comprende una superficie de 60.000 metros cuadrados, se allanará y quedará a cota cero.

El portavoz de la Asociación de Vecinos de Natzaret, Julio Moltó, aseguró que los vecinos no quieren desconfiar de lo que dice el puerto, pero les sorprende que los terrenos de una industria que cuenta en sus 50 años de existencia con un largo historial de accidentes ambientales, desde vertidos hasta explosiones, estén limpios.

La APV llevó a cabo a principios de año el derribo de las estructuras más deterioradas y peligrosas de la fábrica, que lleva cerrada varios años, tras las denuncias vecinales de asaltos y robos de materiales que se estaban observando.

La APV, que ha destinado 836.000 euros a adecentar sus terrenos en el borde urbano de Natzaret, también informó a los vecinos de que antes de Navidad serán convocados a una reunión para avanzar en el proyecto de regeneración del borde urbano del barrio con el puerto, una asignatura pendiente desde hace años que se repescó como uno de los compromisos en el convenio de cesión de los terrenos de la Marina Real Juan Carlos I. Natzaret ha sido uno de los barrios más castigados por la ampliación del puerto, que destruyó la playa del barrio.

El destino del solar resultante del derribo sigue sin concretarse. La APV asegura que quiere negociar con los vecinos para reurbanizar estos terrenos en la frontera del puerto con la ciudad con un proyecto "amable".

En 2009, el puerto lanzó un proyecto de urbanización de la frontera con Natzaret que incluía los terrenos de Moyresa y que firmaba el arquitecto José María Lozano -que también se ha adjudicado el plan especial de la Marina Real Juan Carlos I-. El proyecto contemplaba cinco torres de hasta 20 alturas de terciario avanzado con cuya comercialización se pretendía financiar el traslado de Moyresa -industria dedicada a la extracción de aceites para uso portuario perteneciente al grupo Bunge Ibérica-.

La superficie a reurbanizar y comercializar comprendía 145.000 metros cuadrados y llegaba desde el puente de Astilleros hasta las estribaciones de la Zona de Actividades Logísticas (ZAL), incluye el suelo de Benimar, el parque nuevo Marazul, los terrenos de la empresa Covalma y lindaba con las calles Castell de Pop y El Sech de Natzaret.

La crisis, sin embargo, ha obligado a la APV a replantearse el proyecto y así se lo hizo saber a los vecinos en la reunión del jueves. Julio Moltó reclamó al respecto que el puerto aclare el futuro de los terrenos e insistió en que el recinto portuario no debe avanzar más sobre el barrio.

La fábrica Moyresa (antes denominada Aceprosa y Arlesa) se instaló en el puerto en 1965 y tenía concesión hasta 2027, aunque el puerto rescató la propiedad del suelo el año pasado tras pagar alrededor de seis millones de euros a Bunge.

La antigua fábrica de aceites está incrustada en pleno barrio de Natzaret y fue declarada fuera de ordenación tras la aprobación del PGOU de 1988.

Tras casi 30 años esperando el prometido desmantelamiento de la fábrica, en 2008, la industria obtuvo una autorización ambiental integrada que no supuso una vuelta a la actividad pero sí mejoró su situación en la negociación del rescate de la concesión con el puerto.