La leyenda de Sweeney Todd, un barbero que durante el siglo XIX asesinó a decenas de clientes, y su compinche, una panadera que hacía pasteles con la carne de los asesinados, nació en Inglaterra en torno a 1846. No hay ningún registro documental de los crímenes del que se conoció como el barbero diabólico de la calle Fleet. Pero en Valencia ocurrió algo con tantas semejanzas que bien podría tratarse del hecho real que inspiró la leyenda inglesa, sabiendo que el cuento que dio origen al mito británico se basaba en artículos reales del The Times. La historia llegaría más tarde a la gran pantalla en el musical de Tim Burton Sweeney Todd, donde el barbero era interpretado por Johny Depp y su compinche, por Helena Bonham Carter.

Del «barbero diabólico de la calle Manyans» sí hay registro documental. Lo ha encontrado el bibliófilo Rafael Solaz. Se trata de una de las anotaciones del cronista Pau Carsí y Gil en su «Cosas particulares, usos y costumbres de la ciudad de Valencia (1800-1873)», escrito entre 1870 y 1973. El dietario estaba en la biblioteca que Manuel Marqués Segarra guardaba en la plaza del Conde de Carlet. Aunque no fecha la historia del barbero de la calle Manyans, también conocida como calle Cerrajeros, todo parece indicar que Carsí la ubica en el primer tercio del siglo XIX.

La transcripción de la historia „aparecida en el libro «La Valencia del Más Allá», de Rafael Solaz„ dice lo siguiente: «En la calle de Cerrajeros, entrando por la de San Vicente a la derecha sobre la mitad de la calle, hay como un corral que tiene puerta a la calle, entrando por allí se sale a una taberna que hay en la de la Pellería, que todo forma una casa. Encima de esta puerta del corral hay tres cabezas de hombre, de piedra, de las que se cuenta que en otros tiempos había una barbería y que a los que entraban a afeitarse los mataban y los robaban y otros añaden que en la otra casa, había una pastelería y metían en los pasteles parte de la carne humana de los que mataban. Esto fue un hecho verdadero».

Según Solaz, es esta última frase la que imprime carácter casi de noticia a la anotación de Pau Carsí. «El hecho de que el autor recalque que lo que cuenta es un hecho verdadero imprime a la noticia cierto rigor», explica Solaz. Sin embargo, no quedan vestigios arquitectónicos en la zona. La calle Manyans, que parte de la calle San Vicente, es un callejón pequeño, ubicado próximo a la Iglesia de San Martín. «Es un lugar tétrico y ciertamente en otras épocas fue lúgubre porque en una de sus partes (izquierda entrando por San Vicente) se hallaba el muro del cementerio de San Martín antes que desapareciera sobre principios del siglo XIX», explica Solaz. No se puede encontrar, tampoco, la casa con las tres cabezas. «Me imagino que desaparecieron con el derribo y la aparición de los nuevos edificios», asegura Solaz.

Semejanzas con Londres

Más allá del documento, reproducido en este reportaje, no hay ninguna prueba física más de que la desconocida leyenda del barbero de la calle Manyans es real. Sin embargo, ese documento de Pau Carsí ya es mucho más de lo que hay en el caso de Londres. Temporalmente, como Carsí no firma sus anotaciones „aunque Solaz cree que habla, en este caso, de algo ocurrido durante el primer tercio del siglo XIX„, no se sabe si la leyenda victoriana vino antes o después de la valenciana. Una de las primeras noticias inglesas sobre Sweeney Todd fue su aparición en una publicación llamada The People´s Periodical, en el número 7, fechado el 21 de noviembre de 1846. El cuento en el que aparece se titula «The String of Pearls: A Romance» „«El romance de la cadena de perlas»„. Su autor es Thomas Prest, que se solía basar en artículos publicados en The Times.

Como en Valencia, la leyenda de Sweeney Todd estaría basada en hechos reales. En el año 2007, el periodista Peter Haining escribió «Sweeney Todd: the real story of the demon barber of Fleet Street» „ «Sweeney Todd: la historia real del barbero demoníaco de la calle Fleet»„, donde afirmaba que había encontrado pruebas de que lo que cuenta Prest en su cuento es verdad y de que Todd fue condenado y ahorcado en 1802 frente a una gran multitud. Sin embargo, Haining, al contrario de lo que hace Solaz, no aporta ningún documento, así que esta sangrienta dicotomía de si el huevo o la gallina está lejos de estar solucionada.