Cuando se supo que Julio Monterrubio haría por primera vez una hoguera en Alicante, y además en la categoría Especial, se desató la expectación. Era la primera vez que el artista de Carcaixent se presentaba en «la terreta». Siguiendo su línea de alta productividad infantil (ha pasado de hacer fallas grandes enormes a firmar varias pequeñas), también decidió hacer la «temporada de verano».

El resultado de la expectativa no ha defraudado: el jurado (cuya composición en Alicante se conoce sin problema, tanto de la máxima categoría como de cualquier otra), sin personas vinculadas a Valencia, le dieron la victoria. Su estilo encaja perfectamente en las apetencias alicantinas y su calidad puso el resto.

Su victoria en Baver-Els Antigons supuso el resultado más importante de un excelente resultado de los artistas falleros que, por lo menos en infantiles, no han sido «castigados», como se teorizó el año pasado. Hoy es el gran día en Alicante y ahí es donde realmente se hará un balance de verdad de los artesanos falleros.

En la máxima categoría también hubo otro artista fallero de alto nivel en el podio: Sergio Amar, con el tercer premio en Altozano. Entre medio, medalla de plata, fue Paco Gisbert (La Cerámica), un artista alicantino muy bien valorado en Valencia.

También ganaron los artistas falleros Bernardo Estela (Primera Categoría en Sant Blai-La Torreta), Oscar Villada (Tercera, Gran VíaGarbinet) y Sergio Fandos (Quinta, Rambla de Méndez Núñez).

Éxodo masivo de falleros

Aparte del trabajo de los artistas falleros y pirotécnicos, ayer empezó de verdad el otro gran fenómeno social de la fiesta de las hogueras: el traslado de cientos y cientos de falleros que acuden a disfrutar de estos días, tanto particularmente como por hermanamiento con comisiones de hogueras. Un movimiento que cada año crece más y que ha permitido acercar más a las dos fiestas, que comparten innumerables rituales e inquietudes.