De oreja a oreja. Para muchos de los niños que ayer acudieron al preestreno de «Los chicos del barrio», en el salón de actos del colegio de Nuestra Señora de los Desamparados en el barrio de Natzaret, era la primera vez que iban a ver una película en pantalla grande. Cierto es que la cinta de Alberto Morais, con la que se «preinauguró» el VI Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos no está pensada para un público infantil. Los que más la disfrutaron fueron los más mayores, que en un coloquio posterior a la película alabaron la metáfora que supone la cinta: una alegoría del abandono y el aislamiento que vive el barrio con respecto a Valencia desarrollada a través de la historia de tres niños de corta edad que forman una familia entre ellos al verse desantentidos por su familia.

Era la primera vez, para muchos niños, que veían una película en el cine el barrio sigue muy aislado, como recordaron ayer los vecinos, pero también lo fue para una generación entera de adultos. En la década de los 70, con la ampliación del puerto del Valencia y la desaparición de la playa de Natzaret, los dos cines de verano que había en el barrio cerraron. Uno se encontraba en Benimar y otro en la antigua fábrica de aceite. De este último aún quedan las taquillas y la pantalla de hormigón, donde uno de los personajes juega a la pelota. El último cine en cerrar fue la sala de Los Ángeles, en la calle Castell de Pop, que se clausuró a finales de los 70, pocos años después, por cierto, del fallecimiento de una mujer a la puerta del cine por la caída de un tronco, hecho que motivó la creación de la asociación de vecinos en 1976.

Su presidente, Julio Moltó, recordó ayer este suceso y calificó de «muy entrañable» la vuelta de Alberto Morais al barrio. Su padre, el doctor Fernando Morais, «estuvo muy involucrado durante años en el barrio y en la actividad vecinal». De cierta manera, el acto de ayer se convirtió en una suerte de reivindicación articulada en torno a la vuelta de Morais y a «Los chicos del puerto», alabada por los vecinos como metáfora de la situación del barrio.

La cinta está protagonizada por tres niños de distintas edades: Omar Krim Alapont, que vive en Natzaret, Blanca Bautista Díaz y Mikel Sarasa Huici, que viven en Campanar y Puerto de Sagunto. Acudieron al estreno, junto a Sergio Caballero y Abdelatif Hwidar, conocidos por sus papeles en series de la pequeña pantalla, para presenciar la cinta entre aquellos a quienes la película refiere. La obra ha sido seleccionada para el 35º Festival de Moscú.

El festival, organizado por la Fundación por la Justicia, arrancará el próximo viernes 24 de octubre, y seguirá hasta el 31 con el lema «Hacer un cine más reflexivo y comprometido con la sociedad». Una de sus sedes oficiales será el Centro Penitenciario de Picassent, donde se proyectarán los documentales. Las otras dos son la Filmoteca Valenciana y el IVAM.