«Ganas de vivir, alegría y dieta mediterránea». Tres parámetros infalibles para llegar al siglo de vida. Al menos esa es la receta que ayer esgrimían los 27 centenarios „ 24 mujeres y 3 hombres„, que fueron recibidos y agasajados por el Ayuntamiento de Valencia dentro de la Semana de los Mayores. No sólo ellos, también sus familiares y cuidadores. Ni siquiera la alcaldesa, Rita Barberá, salía de su asombro por la «juventud» que rezumaba el Salón de Cristal del consistorio. «Son una generación de genes envidiables para su familia. ¡No tienen ni una arruga!», exclamaba con admiración. «Lo mejor es comprobar la calidad de vida que tiene esta gente que ha trabajado mucho, fuera o dentro de casa, y con mil historias que contar », incidía Barberá. Desde 2003, que se puso en marcha la iniciativa, aseguraba haber vivido «momentos entrañables y cargados de simbolismos».

El acto sirvió también para entregar la insignia «amable con los mayores» y rendir un pequeño tributo a los que, según Barberá, colman de «mimos y atenciones» a los centenarios. Según la alcaldesa, en Valencia ya hay 203 personas con cien o más años, lo que refleja «el horizonte de esperanza de vida». La concejala Ana Albert relató además la historia de Ramona „ cumplió en abril el siglo de vida„y que crió al padre del eurodiputado popular Esteban González Pons. Todavía hoy en día pasa las horas haciendo punto.

María Dolores Fontal era ayer una «jovencita» de 99 años, pues no cumplirá los cien hasta finales de mes, y para la que conservarse tan bien pasa «por trabajar mucho». De cuidar ganado pasó a ser cocinera y ahora sólo toma «una pastilla para la tensión por si acaso». Josefina García Nuevo apuntaba a cuestiones más espirituales para llegar a tan longeva. «El secreto viene de arriba. Rezo mucho y pido mucho. También lloro», suspiraba. Valencia cuenta con 197.000 personas mayores de 60 años, lo que supone casi el 25 % del total de la población y de ellos, otro 25 % supera los 80 años, según apuntaban desde el consistorio.