La revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Valencia, que prevé la reclasificación de más de 400 hectáreas de huerta protegida para la construcción de 17.000 nuevas viviendas, equipamientos y espacios de uso terciario, no saldrá adelante, al menos, en lo que resta al actual mandato de Rita Barberá. El documento debía haber pasado ayer por la comisión municipal de Urbanismo para poder llevarse para su aprobación inicial al pleno del mes de abril, que se celebra el próximo viernes y que es el último de la legislatura, aunque, finalmente, no se incluyó en el orden del día.

El equipo de gobierno puede convocar una comisión extraordinaria, si bien todo apunta a que Rita Barberá ha dado carpetazo a la controvertida revisión del plan general. Al margen de que a los técnicos del área de Urbanismos no les ha dado tiempo a responder al aluvión de alegaciones presentadas durante el segundo periodo de información pública, el gobierno municipal del PP no parece dispuesto a que el nuevo plan, impulsado hace once en plena euforia inmobiliaria pero poco justificable en el momento actual, le perjudique en su campaña electoral.

Además, la revisión del PGOU puede ser clave en un escenario de futuros pactos de gobierno tras las elecciones del 24 de mayo con partidos políticos como Ciudadanos. El candidato de la formación de Albert Rivera al Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner, ha sido crítico con la revisión del plan y la nueva recalificación de huerta protegida al entender que la ciudad no debe crecer más a costa de la destrucción de l'Horta.

Aunque la nueva versión del PGOU, que el equipo de gobierno presentó en diciembre, teoricamente, suavizaba las previsiónes del plan y descartaba algunos sectores urbanizables de huerta, el documento ha recibido un fuerte rechazo tanto de vecinos, colectivos ecologistas, universidades, expertos internacionales, colegios profesionales y hasta del Tribunal de las Aguas, que ha visto amenazada su declaración como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por la pérdida de superficie agrícola que representa la revisión del PGOU. Un rechazo que se ha traducido en miles de alegaciones a las que los técnicos municipales no han podido contestar antes del pleno del mes de abril, el último de la legislatura, como anunció el concejal de Urbanismo, Alfonso Novo, quien ha insistido en varias ocasiones en que la revisión del PGOU era una prioridad. El también primer teniente alcalde no dio explicaciones ayer a los grupos de la oposición sobre la retirada del PGOU.

El concejal socialista Vicent Sarrià aseguró ayer que el PP ha desistido con el PGOU «porque sabe que no le va a beneficiar políticamente». Sarrià considera remota la posibilidad de que el gobierno local convoque una comisión extraordinaria para el PGOU y explicó que el propio secretario de Urbanismo les pidió a los representantes de todos los grupos que firmarsen por adelantado el acta de la sesión de abril para evitar tener que convocarles para la firma en junio, una vez disuelta la corporación.

Tras la aprobación del pleno, la revisión del PGOU se debería haber remitido para su aprobación definitiva a la Generalitat, donde las encuestas tampoco auguran un buen panorama para el PP de Alberto Fabra.