«Continuar en la línea de lo que se ha hecho». Esa fue la petición que hizo el ya ex director general del Consorcio Valencia 2007, Pablo Landecho, cuando anunció,el pasado miércoles, su dimisión y paso a la empresa privada tras las elecciones del pasado 24M y tras el batacazo del PP. Sin embargo, el giro político que se avecina en el ayuntamiento y en la Generalitat, dos de las tres patas del consorcio que gestiona la marina real Juan Carlos I, no apuntan ni mucho menos a esa dirección. De ahí que Valencia 2007 haya decidido bloquear las nuevas licitaciones previstas.
En espera de que se cierren los pactos, el líder de Compromís y futuro nuevo alcalde de Valencia, Joan Ribó,y el PSPV, su probable socio de gobierno, quieren revisar el plan de usos de la marina, redactado por el arquitecto José María Lozano, para eliminar usos terciarios en este «nuevo barrio» de interés estratégico pero infrautilizado. La eliminación del terciario en la marina que anuncia el nuevo gobierno municipal depende en gran medida de la condonación de la deuda de más de 400 millones de euros que lastra el Consorcio.
Tras la marcha de Landecho a la empresa privada, la nueva dirección de Valencia 2007 ha decidido paralizar las nuevas licitaciones previstas, entre ellas, la de los tinglados 4 y 5 que se iban a reconvertir en espacios comerciales y que, tras el anuncio de Compromís, de que se eliminará el decreto de libertad horaria en la marina real y otras zonas de la ciudad quedarían en el aire. «No vamos a tomar decisiones estratégicas», apuntaron ayer fuentes del Consorcio, cuyos 30 trabajadores se enfrentan ahora a una situación de incertidumbre laboral por el cambio de gobierno.
Una de las licitaciones más urgentes era la rehabilitación del Tinglado 2 del puerto, apuntalado y con lonas desde hace meses. El Consorcio tiene previsto seguir adelante con el concurso para contratar la obra de rehabilitación, pero se bloqueará la parte de gestión puesto que también está por ver los planes del nuevo ayuntamiento con el futuro mercado gourmet anunciado en este antiguo almacén portuario de estilo modernista.
Las obras del club de playa ya están en marcha y tampoco se puede parar el concurso para la gestión del Veles e Vents, el icono arquitectónico de la Copa del América, al que el Consorcio ha asignado uso cultural y de restauración. Las ofertas de las empresas interesadas en la gestión del Veles e Vents se conocerán el 12 de junio, un día antes de la constitución del nuevo ayuntamiento.
El que parece incontestable es el centro de innovación y emprendedores impulsado por la Fundación Edem y Juan Roig en la antigua dársena, concretamente, en las bases deportivas ubicadas al norte, y que en pocos meses empezará a funcionar.
El Consorcio también seguirá adelante con la licitación de las obras de demolición de la base deportiva del Luna Rossa para la construcción de un jardín. «Es una decisión ordinaria en la que entendemos que cualquiera estará de acuerdo», apuntaron fuentes del Consorcio, donde aseguran que «seguiremos trabajando en lo que entendemos es bueno para la marina y para facilitar el traspaso» de la gestión.
Los casi tres años de gestión de Pablo Landecho en el Consorcio Valencia 2007 no han dado los frutos esperados. Trabajar con tres administraciones no ha sido fácil, pese a ser del mismo color político, al tratarse de una época de vacas flacas y recortes en la el Ministerio de Hacienda ha reclamado con vehemencia la devolución del préstamo del ICO de las obras de la Copa del América y ha torpedeado el plan de viabilidad y financiero presentado por el Consorcio Valencia 2007, que finalmente ha sido incapaz de hacer frente al pago de la deudas. La marina ha logrado mejorar sus conexiones en bus y bicicleta con la ciudad, sin embargo, sigue pendiente la gran asignatura de conectarla con la gran avenida verde „el jardín del Turia„ a través del PAI del Grao.
