Tras años de degradación y expolio, las alquerías de la Torre y del Moro podrían comenzar a volver a su esplendor. Al menos, la parálisis administrativa que bloqueaba su restauración parece que empieza a desencallarse. El Ayuntamiento de Valencia, propietario de estos dos bienes culturales, ha solicitado a los servicios técnicos pertinentes un informe para actualizar el estado de deterioro de los inmuebles, paso previo e imprescindible para llevar a cabo una posible rehabilitación.

Al menos así consta en una respuesta del consistorio en la que se hace eco de las reiteradas quejas de los vecinos del barrio de Benicalap, donde están enclavadas ambas edificaciones históricas. De hecho, en una de las últimas denuncias, se recoge que en la Alquería de la Torre ha aparecido un nuevo butrón por el que cualquiera puede colarse y contribuir así a su mayor deterioro.

El Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural alertó de este hecho el pasado 6 de agosto, añadiendo que «es urgente que se inicien ya los estudios y proyectos técnicos y se reserven las partidas presupuestarias suficientes y adecuadas, a fin de acometer de inmediato las obras de rehabilitación de estos conjuntos rurales, que gozan de protección legal». Además, añadieron, «existen mecanismos y fondos europeos para acometer esas intervenciones, que logren salvar para las futuras generaciones tan destacados bienes culturales».

Junto a los butrones se observan murros derruidos, tejados vencidos y verjas de forja completamente deterioradas, acompañado de un entorno abandonado. Ahora, parece que las quejas han sido oídas (la entidad se ha dirigido también a la Generalitat) y desde el consistorio se han solicitado los informes para, al menos, considerar futuras acciones en los bienes. Para la Alquería de la Torre la entidad denunciante propone, por ejemplo, la creación de un espacio asistencial y educativo, así como aprovechar sus jardines para formación profesional.