La asamblea de protectores de Turismo Valencia Convention Bureau (VCB), fundación que gestiona el turismo de la ciudad, inició ayer una nueva etapa con la renovación de su consejo y con el encargo del mismo de implicar más a las empresas en la gestión y la economía de la entidad y de renovar sus estatutos para aumentar, entre otras cosas, el control de los contratos y las cuentas. «No queremos más casos Nóos», dijo Joan Calabuig en declaraciones a este periódico.

En los últimos años, Turismo Valencia ha estado en el ojo del huracán por su formato, por su forma de gestión y principalmente por la implicación de su presidente, el anterior vicealcalde de Valencia, Alfonso Grau, en el entramado de Iñaki Urdangarín, concretamente en la contratación de las dos ediciones de la Valencia Summit incumpliendo, presuntamente, los procedimientos legales.

Estaba claro, por tanto, que con la llegada de un nuevo Gobierno municipal y con el Partido Socialista, personado como acusación particular en ese caso, al frente del área de Turismo, habría cambios, cambios que empezaron ayer con la obligada elección de un nuevo consejo.

Según explicó Joan Calabuig, presidente del patronato de la fundación, el nuevo equipo de Gobierno apoya este modelo de gestión turística, una entidad de titularidad pública con cerca de trescientas empresas implicadas. No obstante, requiere importantes cambios en su forma de actuar.

Su idea es que aumente la presencia de las empresas en la gestión de la entidad y que progresivamente vayan aportando también más capital a la misma, pues en la actualidad un 90% de sus presupuestos salen de las arcas municipales.

Y quiere también que el carácter público de la entidad se demuestre en un mayor control de los contratos y en las cuentas de la fundación, sistemas que habrán de plasmarse en una revisión profunda de sus estatutos.

Según Calabuig, «tiene que haber más seguridad en todos los procedimientos» y no está dispuesto a que la fundación «participe en procesos que infringen la ley y que además no aportan nada a la ciudad», en referencia al caso Nóos.

Por lo demás, el gran reto del nuevo consejo será diseñar y poner en marcha lo que el responsable de Turismo llama Plan Estratégico 2016-2020, en el que también se buscará una mayor colaboración con el resto de las administraciones, entre ellas la Diputación Provincial, la Generalitat Valenciana, la Autoridad Portuaria, el aeropuerto, las universidades o Turespaña.

Medidas inmediatas

Por lo pronto y a falta de concretar ese plan estratégico, Joan Calabuig anunció a los patronos algunas de las medidas que se tomarán de forma inmediata. La creación de ventanillas únicas para la organización de eventos, la convocatoria del comité de rutas aéreas, la elaboración de un código ético de conducta para desarrollar estrategias turísticas sostenibles y la elaboración de planes específicos para l'Albufera, las playas, l'Horta o los barrios, son algunas de esas medidas.

Así mismo, se creará una comisión municipal de coordinación en turismo, un plan de mejora de la señalización turística, una oficina de policía para atender a los turistas y un plan de formación para el personal de la administración pública.

Sólo de esta manera será posible conseguir una mejora del turismo en la línea de lo que ya se viene produciendo este año, que podría ser el mejor de la historia, según Calabuig. La ocupación media en verano ha sido del 80%, se puede llegar a los 4 millones de pernoctaciones y los establecimientos turísticos están mejorando su rentabilidad en torno al 7%.