El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, y el alcalde de Valencia, Joan Ribó, se mostraron ayer dispuestos a hacer un «esfuerzo» económico para sacar adelante el Parque Central si el Ministerio de Fomento presenta un proyecto y demuestra su compromiso con el mismo incluyendo alguna partida en los Presupuestos Generales de 2016. Si la primera fase (soterramiento de las vías) cuesta 260 millones de euros, a ellos les corresponderían unos 130 (25 y 25 por ciento respectivamente) y al Gobierno otro tanto (50%).

Puig y Ribó anunciaron este compromiso después de celebrar una reunión oficial en el Palau de la Generalitat en la que ambos dirigentes mostraron su sintonía personal y programática, lo que les permitirá hacer «una alianza» en asuntos que ambos consideran vitales para la ciudad.

Muchos fueron los temas de los que hablaron, básicamente de infraestructuras, y al menos dos de ellos fueron calificados por Ribó de «espinosos». Se trata de la deuda de la Marina Real y del Parque Central, cuestiones ambas en las que el presidente del Consell está dispuesto a dar todo su apoyo para «desatascarlas».

Dispuestos a negociar

Según Joan Ribó, el convenio de 2003 por el que se rige la Sociedad Valencia Parque Central hace un reparto de cargas del 50% para el Ministerio de Fomento, el 25% para la Generalitat Valenciana y el 25% para el Ayuntamiento de Valencia. En principio, la postura del consistorio era que las infraestructuras ferroviarias las pagara el Gobierno central, mostrando siempre su disposición a negociar. Ayer, sin embargo, dieron una vuelta más a su oferta y tras su encuentro en el Palau anunciaron su disposición a hacer «un esfuerzo presupuestario» para sacar adelante la primera de las tres fases del proyecto, que es el soterramiento de las vías desde la boca del túnel hasta la estación, cuyo coste está entre los 260 y los 270 millones de euros, dijo Ribó. Eso significa que entre la Generalitat y el ayuntamiento tendrían que aportar unos 130 millones de euros, la mitad cada uno.

Ahora Bien, para eso es necesario, según Ribó, que el Gobierno presente un proyecto, cosa que todavía no tiene, y que incluya ya alguna partida económica en los Presupuestos Generales de 2016. Así pues, Puig y Ribó anunciaron su intención de convocar el consejo de la Sociedad Valencia Parque Central y debatir estas cuestiones.

Con similares intenciones está previsto convocar también el Consorcio Valencia 2007, ente que se encargo de gestionar las obras de la Copa del América y que ahora explota la Marina Real Juan Carlos I. Joan Ribó explicó que la deuda de este consorcio, participado a partes iguales por las tres administraciones, acumula una deuda de 430 millones de euros, deuda que, según Ximo Puig, es imposible de pagar.

Su idea, por tanto, es reclamar al Gobierno que incluya esta deuda en las compensaciones por la deuda histórica con la Generalitat Valenciana y con Valencia. No es una condonación, como se ha pedido en numerosas ocasiones, pero sí el fin de una deuda que lastra las posibilidades de desarrollo del proyecto turístico, tecnológico y comercial más importante de la Comunitat Valenciana.

Alianza común

De manera general, Ximo Puig cree que «estos problemas hay que solucionarlos», que ya «ha pasado mucho tiempo» desde que se plantearon (en el caso del Parque Central, desde los años noventa), y que no puede repetirse lo de la última legislatura, que «había un alcaldesa y un presidente de la Generalitat del mismo partido y no se entendían».

En esa misma línea, Joan Ribó lamentó que lo que la anterior alcaldesa, Rita Barberá, llamó «compromisos ciertos» del Gobierno de Mariano Rajoy con la ciudad de Valencia, a la hora de la verdad sean «compromisos que no existen», como se vio en la última reunión con la ministra de Fomento, Ana Pastor.

Así pues, tanto Ribó como Puig aseguraron que trabajarán conjuntamente en beneficio de la ciudad y de la Comunitat Valenciana. Puig es partidario de crear «una alianza» en este sentido y empezar por la capital a «coser» las comarcas y las ciudades de la comunidad.

«Valencia no puede vivir —dijo— de espaldas a la Generalitat. Lo bueno es que trabajemos en la misma dirección», añadió el presidente del Consell.