«En las economías del futuro, las colaborativas, cada uno puede ser un ciudadano productor». Frases como esta fueron las que desgranó Antonin Léonard, en el marco de la jornada «De las Ciudades Inteligentes a las Comunidades Colaborativas», organizada por la Fundación InnDEA. El gurú de la economía colaborativa y cofundador de OuiShare, aportó su particular visión de la empresa, que rompe moldes con lo que hoy es norma. El francés defiende la teoría de que hay que ir «más allá de la búsqueda del beneficio económico» y habla de «compartir y apostar por el cambio». Para Antonin «cada ciudadano puede convertirse en un emprendedor y crear su propio empleo» y aboga por «un liderazgo diferente» de las clases políticas que propugnen «el necesario cambio cultural». Léonard aseguró, en el marco del MuVIM, que la tendencia «es ir hacia empresas descentralizadas, donde el consumidor se convierta en productor y aporte el mismo valor que recibe».

«Se está produciendo una revolución invisible que es más difícil de ver porque está más distribuida», incidía Léonard a Levante-EMV por teléfono en las horas previas a su llegada a Valencia. Para Léonard hay que dejar atrás sociedades donde «retener» la información era la norma, para perseguir otras donde se persiga «el bien común, con un diseño participativo». Habla Léonard del uso de la tecnología y de la transversalidad como «una fuente de motivación» que permita «empoderar» a segmentos de la población a priori condenados a quedarse fuera del ámbito laboral. «Hay mucha gente que sabe que no va a encontrar trabajo y eso crea tristeza», comenta. «Con las nuevas tecnologías, como el hardware de código abierto, los ciudadanos, por primera vez, empiezan a poseer y a controlar las herramientas de producción», explica Léonard. Algo que puede aplicarse, por ejemplo, «en el tema del hospedaje en ciudades tan turísticas como Valencia».

Léonard incide en que en España «no hay suficientes incentivos» para ser autónomo», de ahí la irrupción de la economía colaborativa. En ese sentido, los cambios políticos operados en el Ayuntamiento de Valencia tras las elecciones de mayo, han traído aires nuevos y la apuesta por nuevos modelos de gestión municipal que Léonard valora de forma positiva. «Necesitamos un liderazgo opuesto al tradicional, con más capacidad de dejar espacio a los ciudadanos para que puedan contribuir a esta economía colaborativa, que estén al servicio de los demás y no al contrario», manifestaba, destacando la apuesta del consistorio por la transversalidad.

El ejemplo de las ideas que propugna Léonard lo sitúa en Francia, en una serie de supermercados cooperativos donde los ciudadanos trabajan un determinado número de horas al mes y así ayudan a bajar el precio final, lo que acaba beneficiando a los consumidores. Estos modelos incluso se están extendiendo a los sistemas de financiación colectiva, empezando a popularizarse sistemas basados en la proximidad para comercios locales. «La ventaja, además de conseguir el dinero, es que permite constatar si realmente el negocio va a interesar a la comunidad», señalaba Léonard.

Peris: integrar a los ciudadanos

Jordi Peris, que intervino en la jornada, apelaba a la necesidad de integrar a los ciudadanos mediante herramientas innovadoras en cualquier decisión de gestión municipal. Peris, como vicepresidente de InnDEA y concejal de Participación, Derechos e Innovación Democrática, subrayaba la importancia de dar un paso adelante en la definición del concepto de Ciudad Inteligente hacia las denominadas Comunidades Colaborativas para conseguir que la ciudadanía «no sólo sea protagonista de la acción municipal, sino también partícipe de la misma a través de herramientas innovadoras que pongamos a su alcance».

«Tenemos que superar el concepto de innovación más allá de la tecnología y de los réditos económicos, para pasar a hablar de innovación social y así conseguir una ciudad más sostenible económica, social y medioambientalmente», añadía el edil. Las comunidades colaborativas «conectan personas, organizaciones e ideas y generan una serie de herramientas que facilitan la colaboración entre ellas para conseguir los objetivos de la ciudad y, de nuevo, mejorar la calidad de vida y desarrollar los servicios públicos», explicaba.