Miembros del Consell Valencià de Cultura (CVC) «deploran» la decisión de demoler el edificio municipal conocido como «el nuevo Ayuntamiento» de Valencia, ubicado en el número 35 de la avenida de Aragón, y que se prevé echar abajo antes de que acabe el año. Para hacer pública esta posición, el pleno del organismo consultivo ha acordado redactar una carta, que será remitida al consistorio. Dos comisiones del CVC, la de las Artes y la Jurídica, han coincidido en «deplorar» la demolición del inmueble — donde está previsto levantar el hotel de Jesuitas—, cuyo proyecto fue aprobado por la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Valencia el pasado mes de julio.

La presidenta de la Comisión Jurídica, Pepa Frau, ha considerado que se trata de un edificio que se podría aprovechar para servicios públicos y que «tiene una importancia arquitectónica» por lo que ha abogado por dar «una solución diferente a un tema político». En la misma línea, el arquitecto José María Lozano, que ha recalcado que es un «asunto complejo y delicado» —ebido a que se enmarca a diversos planes y acuerdos urbanísticos—, ha calificado de «inoportuna y literalmente deplorable» la demolición del edificio y ha hecho notar que «va en contra de la cultura urbanística internacional actual, que va en la línea de la conservación». Asimismo, ha expresado su reconocimiento a uno de los arquitectos de la obra, Vicente González Móstoles, quien forma parte del CVC pero ha tenido «la elegancia poco frecuente de no estar presente» en la comisión en la que se abordó esta cuestión.

A finales del mes de julio, la Junta de Gobierno Local aprobó el proyecto de demolición del nuevo Ayuntamiento con un coste de 464.533. El derribo de este edificio, que durante años ha albergado oficinas municipales como las de la Delegación de Urbanismo, fue un acuerdo adoptado y encargado por el anterior ejecutivo local de Rita Barberá, atendiendo al convenio suscrito entre el consistorio y Expogrupo para trasladar a ese suelo de la avenida de Aragón el hotel previsto en el solar de Jesuitas y dejar como zona verde ese terreno. El actual gobierno municipal no defiende «la opción de demoler» pero cumplirá el acuerdo suscrito en su día.