Una de las novedades en la festividad de Todos los Santos del próximo domingo es el homenaje a valencianos (nacidos o adoptivos) enterrados en la ciudad y que la nueva corporación municipal ha triplicado en número respecto a los años anteriores. Aumentado y corregido, creando una lista en la que se combinan los nombres de consenso, los que forman parte del debate „cada ideología tiene sus propios muertos„ y otros que son sorprendentes. Políticos, médicos, abogados, pintores, escultores novelistas, aristócratas y empresarios forman parte de este memorial.

En este nuevo listado se mantienen prácticamente los mismos que existían con la anterior corporación y que no son objeto de debate: Emilio Attard, Joaquín Sorolla, Manuel Broseta, Maximiliano Thous, Constantí Llombart,el Marqués de Campo, Salvador Tuset, Joaquín Sorolla, Vicente Blasco Ibañez o los bomberos, policía local y las víctimas del cólera del siglo XIX, entre otros. Se han caído de la convocatoria, por ejemplo, dos alcaldes de época dictatorial: el Marqués de Sotelo (primorriverista) y el Barón de Cárcer (franquista), cuyas calles corren peligro en esta legislatura.

Ahora se han añadido personajes históricos de diferentes ramas. Algunos son un repaso a la historia de la ciudad y otros son una reivindicación política tras décadas de silencio, aunque, en muchos casos ya tienen su calle en la ciudad. Tampoco parece importar mucho que varias de las nuevas aportaciones fueran declarados agnósticos y que van a ser precisamente homenajeados en un día de Todos los Santos. Ahí están el «doctor Monserrat», el «pintor Cortina» o el «pintor Peydró», alcaldes decimonónicos como Peris y Valero, del cambio de siglo como José Puig y republicanos como Vicente Marco Miranda, la pastora y maquis hermafrodita Teresa Pla, Amparo Meliá, esposa del pionero socialista Pablo Iglesias, uno de los firmantes de las Normas del 32 como Manuel Sanchis Guarner o Enrique Durán, el «periodista Azzati», aquel que desafió en popularidad a la Virgen de los Desamparados, la pionera de la fotografía Luisa Esperón, la soprano Lucrecia Bori o uno de los represaliados más reivindicados en Valencia: el doctor Peset Aleixandre.

A pesar del seguro antitaurinismo del gobierno municipal, se recuerda a Manuel Granero y también a cantantes como Nino Bravo y El Titi. Y un largo etcétera.

Llama la atención el homenaje a la joven Virginia Dotrés, por la que se construyó uno de los mejores panteones del camposanto y cuyo abandono ha sido un debe en la anterior gestión municipal. Incluso hay un guiño para el misterio y el amor con la figura de Emilia Vidal «la del nicho 1501», aquella cuyo novio no sólo enviudó de ella, sino de otra hermana, sino que cada 1 de noviembre le encargaba flores y que, tras años de penuria, se hizo rico jugando a la lotería con el número de ese nicho.

En otro orden de cosas, la concejal de cementerios Pilar Soriano anunció ayer en Radio Valencia que se retirarán del crematorio y tanatorio municipales la Virgen, los crucifijos y símbolos religiosos, que serán repuestos cada vez que los familiares así lo soliciten.