No es la estación más provechosa en cuanto a productos agrícolas, pero el otoño nos proporciona algunas joyas muy apreciadas en las casas y en la alta gastronomía. Muy acorde con las duras condiciones climatológicas de estas fechas, muy próximas ya al invierno, se trata de productos generalmente leñosos, ásperos en el trato, pero con unas cualidades gastronómicas que permiten disfrutar de ellos como «entretenimiento de temporada».

Recorriendo los mercados de Valencia hemos seleccionado tres de estos productos: las granadas, las setas y las castañas. La granada es un fruto rudo por fuera pero agradecido por dentro, donde lucen agradables pepitas rojas que dan color a los platos y grandes dosis de salud a los cuerpos. Se dice que la granada es un potente antioxidante, que, además, despierta el apetito sexual.

Por su parte, las setas y los hongos son cada vez más apreciados en la cocina y en la medicina, sobre todo porque actúan como antibióticos naturales y, dependiendo de las especies, son buenos para la circulación. El níscalo o rebollón está muy introducido en la cocina española e incluso es una afición para disfrutar en estas fechas.

Por último, traemos a esta página a las castañas, probablemente el producto más tradicional del otoño, muy relacionado también con la Navidad. Gastronómicamente es un producto muy energético y medicinalmente tienen demostradas propiedades calmantes y antitusivas. Sus preparados vienen bien para las bronquitis, por ejemplo.

Aprovechamos, por tanto, estas páginas de «Ocio Verde» para presentar estos productos y ofrecer un menú con estas bases.