Si en 2014 el Ayuntamiento de Valencia había ganado 381 millones en apenas dos años, la diferencia patrimonial entre 2012 y 2015 es aún mayor. En apenas 36 meses, el consistorio ha aumentado su patrimonio en más de un 26 %, al pasar de 2.565.942.225 a 3.223.751.010,67 euros. La riqueza se mide en la cantidad de bienes inmuebles, histórico-artísticos o muebles que tiene la ciudad, así como en los valores de los créditos o en los derechos adquiridos y en el parque móvil municipal. Son los bienes inmuebles, entre los que se cuentan los edificios públicos, los parques y jardines, los mercados, las esculturas o los puentes, los que más valor tienen: más de 3.000 millones de euros.
Se supera así la barrera de los 3.000 millones, conseguida a lo largo de 2014 al adquirir 20 jardines, un colegio, tres edificios, 11 fincas, cuatro esculturas y 63 parcelas edificables. Los bienes inmuebles han aumentado en más de 646 millones de euros con respecto a 2012. Se consolida así una tendencia que ya se entreveía en 2014: el consistorio se enriquece pese a la crisis.
El apartado más valioso es lo que en el Anuario Estadístico de la Ciudad se agrupa bajo el epígrafe genérico de «resto bienes inmuebles», con un valor de más de 1.006 millones de euros. Por contra, el de suelo no edificable se ha reducido a apenas 63,3 millones de euros en un total de 340 parcelas. Los 233 locales e inmuebles públicos que posee el ayuntamiento tienen un valor de 541,8 millones, y los 312 jardines, parques, bulevares y plazas ajardinadas, de 531 millones de euros. Los 18 puentes están valorados en más de 32,6 millones de euros y los 16 mercados municipales, en 23,7 millones. Las esculturas o fuentes ornamentales, muy valoradas por el ayuntamiento por su alto valor „en la ciudad hay obras de Ponzanelli, Benlliure o Vallmitjana„, están valoradas en 12,4 millones de euros.
12,2 millones en bienes históricos
Más o menos es el mismo valor que los bienes histórico-artísticos de la ciudad, que valen 12,2 millones de euros. Los 20.907 bienes muebles „casi 1.300 más que en 2012„, que son aquellos que se encuentran depositados en estancias que, además, son transportables, pero que no se pueden robar con facilidad, están valorados en 69,6 millones de euros.
Se observa, según los datos facilitados por el Anuario Estadístico de la Ciudad de Valencia, un aumento en casi todas las categorías del patrimonio de la ciudad, con respecto a los mismos datos de 2012: 358 bienes inmuebles más, 51 bienes histórico-artísticos más, 1.177 bienes muebles más, y 85 «otros bienes», según las categorías que ha facilitado el consistorio. Se mantiene estable la categoría de valores de los créditos y derechos adquiridos y se reduce en 7, con respecto a 2012, el número de vehículos municipales.
La razón del aumento de los bienes inmuebles, entre los que se cuentan el suelo tanto edificable como no edificable, hay que buscarlo, al menos en parte, en las expropiaciones llevadas a cabo por el ayuntamiento en estos últimos dos años para poder ejecutar distintos planes urbanísticos en varios puntos de la ciudad. En estas listas no se cuentan los edificios en los que el consistorio está alquilado por falta de equipamientos públicos.
El Ayuntamiento de Valencia destina ingentes recursos a mantener el patrimonio municipal que se encuentra en las calles. Es el caso de las fuentes y estatuas ornamentales, valoradas en poco más de 12,4 millones de euros. Se trata de elementos que reciben mucha atención por parte de visitantes y vecinos, por lo que el ayuntamiento, en determinadas ocasiones, como tras la mutilación de varias estatuas en los Jardines de Viveros a principios en 2013, se ha llegado a plantear la posibilidad de colocar réplicas en determinados puntos de la ciudad para evitar que el vandalismo afecte a piezas emblemáticas.
Según la doctora en arte de la Universitat de Valencia Helena de las Heras, las tres estatuas más valiosas de la ciudad son, por este orden, el Tritón de Giacomo Antonio Ponzanelli, situado en la Glorieta; el monumento a Ribera, de Mariano Benlliure, situado en la Plaza del Poeta Llorente, junto al Palacio del Temple; y la estatua ecuestre de Jaume I, situada en el Parterre, obra del escultor Agapit Vallmitjana.
