En su primer sábado con el entorno peatonalizado, la Lonja de la Seda y el Mercat Central recibieron miles de visitantes. Se había organizado una jornada festiva y lúdica en los alrededores de la joya del gótico civil valenciano y hasta el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, se dejó caer por la zona.

Con todo, no fue un día tranquilo. Muchos conductores desconocían la peatonalización blanda de la avenida María Cristina y de la plaza del Mercado y se formaron embotellamientos mientras los peatones cruzaban los pasos de cebra sin semáforos y descansaban en los nuevos bancos instalados frente a la propia Lonja. Incluso hubo un grupo de niños que pintaban en el asfalto.

Tampoco fue una jornada tranquila, pero por otros motivos, en el interior del propio mercado. Los vendedores han insistido a lo largo de toda la semana en la necesidad de poner en marcha cuanto antes el aparcamiento de la plaza Ciudad de Brujas, pero lo cierto es que ayer por la mañana cientos de clientes, animados por la buena temperatura y la peatonalización parcial del entorno, se acercaron al Mercat Central. Los vendedores, encantados, pero muchos de ellos insistían en la necesidad de poner en marcha cuanto antes el aparcamiento de Ciudad de Brujas.

En el otro extremo de María Cristina se vivieron momentos si no de tensión sí de cierto nerviosismo. El tráfico que discurría dirección el Carmen y las torres de Quart por la plaza del Mercat se ha visto reducido, pero la aglomeración de peatones provocó más atascos de los esperados en los pasos de cebra sin semáforos.

Los peatones estaban encantados con el nuevo aspecto de la Lonja, con muchos menos coches a su alrededor. Cabe recordar que entidades culturales de la ciudad ya advirtieron el pasado año, tal como contó Levante-EMV, de la posibilidad de que la Unesco retirara la calificación de Patrimonio de la Humanidad a la Lonja si no se cumplía una de las condiciones acordadas en la Convención de París: crear un tapón sin tráfico de quinientos metros alrededor del edificio protegido.

La medida tomada por el consistorio, tendente a, en un futuro, la total peatonalización de los alrededores del inmueble, fue muy bien recibida por los peatones. «Es una pasada, da gusto pasear por aquí, es como si la Lonja y el mercado volvieran a tener sitio para respirar», decía Carlota, que acudió a pasear con su marido y su hijo de tres meses. Los vecinos de la zona, por su parte, insistieron ayer en algunas de las quejas que han repetido a lo largo de la semana. La nueva ordenación del tráfico dificulta, aseguran, el acceso a calles como En Colom o la misma Bolsería, donde muchos tienen garajes donde ahora es más complicado acceder, explican.