Después de cinco años sin autobuses nuevos de la EMT la flota de la compañía municipal se había visto comprometida por las continuas averías y, lo que es peor, el servicio al ciudadano había empeorado „también por la falta de conductores„, con frecuencias más elevadas. Así que la tercera ciudad de España contaba „y cuenta„ con uno de los parques de autocares más viejos del Estado. Ayer, sin embargo, se estrenaron 22 nuevos vehículos„16 de la marca Scania y 6 Mercedes„, a los que sumarán a final de mes otros 17 para las líneas regulares y, antes de marzo, otros dos para servicios especiales.

El único aspecto positivo de esta tardía incorporación de nuevos autobuses es que, al menos, llegan con los últimos avances tecnológicos. Así, los 22 nuevos autocares que ya circulan por los barrios de Natzaret (línea 4), Fuensanta (L70) y Cabanyal (L31) incorporan cuatro puntos para recargar el móvil a través de conexiones USB, situados en las plazas centrales donde también se ubican las personas discapacitadas. Teniendo en cuenta la dependencia de la sociedad actual de los teléfonos inteligentes, este pequeño equipamiento puede tener un éxito considerable. Tanto esa así, que el gerente de la EMT, Josep Enric Garcia-Alemany, no descarta incorporarlo al resto de la flota.

Sin embargo, donde los nuevos autobuses de la EMT dan un paso de gigante es en materia medioambiental. Obligados por la normativa europea Euro6, los nuevos coches contaminan hasta 12 veces menos que los más antiguos de la flota (Euro2). Es decir, con la incorporación de estos vehículos se está consiguiendo reducir hasta en 492 toneladas las emisiones de CO2.

También destaca el módulo de recuperación de energía que incorporan los modelos de Mercedes, gracias al cual se aprovecha la inercia de la marcha en deceleración y frenado y se almacena en un módulo de supercondensadores que alimenta los consumidores eléctricos de a bordo. Con esta operación se facilita un ahorro energético del 3 % en el consumo de combustible y una disminución equivalente en las emisiones de escape.

Los nuevos autobuses disponen también de un sistema de detección y de extinción automática de incendios en el habitáculo del motor y mejoras considerables tanto en el apartado de adaptación a personas con movilidad reducida como de comodidad, con rampas que se actividad automáticamente y manualmente en el caso de que se averíe el sistema a distancia.

Desde el punto de vista del conductor, los autobuses disponen de cámaras con monitor TFT para el control de la bajada de los viajeros por la puerta trasera y una ampliación de los dispositivos de solicitud de rampa, incorporando dos plafones luminosos de «Rampa sol·licitada» en las zonas delantera y central del autobús, con testigos luminosos y sonoros para el conductor y el viajero.

Según explicó el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, esta renovación de la flota «va en la línea de lo que se espera de la empresa pública de transportes en Valencia: tener una oferta de calidad para que el uso del transporte público vaya ganando terreno progresivamente al del coche particular». Grezzi explicó que los 22 nuevos autobuses se ponen en marcha en los barrios que contaban con flotas especialmente envejecidas, como es el caso de Natzaret, Fuensanta o el Cabanyal, aunque la decisión trata de «hacer justicia» con zonas de la ciudad que fueron desatendidas por el anterior gobierno.

Los 17 autobuses que se incorporarán a final de mes se repartirán entre diversas líneas. La adquisición de la nueva flota ha costado unos 10 millones de euros y ya está en marcha la redacción de un nuevo pliego de condiciones por un valor similar para adquirir otros 40 autobuses más.

Un autobús hacia el Sáhara

Los autobuses viejos que se retiran se quedarán la mayoría para emergencias, otros irán al desguace y algunos a proyectos sociales. De hecho, uno parece que irá a parar al Sáhara.