El Marina Beach Club Valencia vivió ayer su primer domingo abierto al público con lleno absoluto en el restaurante y con una gran afluencia de público en la zona de cafetería, donde poco antes del mediodía decenas de personas tomaban el aperitivo en las novísimas instalaciones.

Con todo, debido a las fechas y al desapacible viento que corría ayer en Valencia „sobre todo cerca del mar„, la zona más de «playa» con hamacas, tumbonas y una piscina climatizada estaba cerrada al público. Cabe recordar que la apertura del club de playa se ha retrasado más de medio año por problemas con la licencia después de la inversión de más de 3 millones de euros de la empresa Recaba Inversiones, que tenía previsto abrir al público durante el verano de 2015.

Sin embargo, el retraso en conseguir los preceptivos informes municipales de Bomberos, Sanidad y Contaminación Acústica impidió su apertura el pasado verano y el club funciona, únicamente, desde esta misma semana, una vez terminado el proceso de selección de personal que se ha saldado con 35 contrataciones.

Ayer eran muchos los valencianos y los turistas que se acercaron hasta el nuevo restaurante de la Marina Real Juan Carlos I. Ayuda su ubicación, entre la propia dársena y la playa, alejada del canal central en torno al cual se agrupan buena parte de los locales de ocio en desuso „y que el Consorcio Valencia 2007 quiere revitalizar antes de verano„. Muchos eran curiosos que se acercaban para comprobar si el «club» era en realidad eso, un club cuyo acceso estuviera vetado a los socios, pero también había muchos que quisieron probar de primera mano la nueva carta del local.

«La verdad es que está muy bien, mucho mejor de lo que me pensaba, y nada caro», decía una pareja que había acudido a celebrar San Valentín. Los hubo también que se hicieron fotos con la piscina y la playa de fondo „las vistas sobre la playa del Cabanyal son amplias„ y que miraban el primer «pool bar» „bar de piscina„ de la ciudad, que aún no ha abierto sus puertas. También recibió críticas. Frente al club se encuentra uno de los parques de la Marina Real, y muchos padres aseguraban que el local era «para la élite».

300.000 euros al año

Las cuentas les salen a los promotores. Pagarán 25.000 euros al mes como canon al Consorcio Valencia 2007, que con la puesta en marcha del club de playa ingresará 300.000 euros al año. Es todo un balón de oxígeno para el Consorcio Valencia 2007, que arrastra una deuda de 400 millones de euros. Además, las administraciones ingresarán el 6 % de la facturación del negocio, cuyos promotores esperan que consigan su máxima facturación los meses de verano, cuando funcione en su totalidad, según explicaron.