El Ayuntamiento de Valencia anunció ayer su decisión de acabar la obra y el acondicionamiento del aparcamiento de la Plaza Ciudad de Brujas y encargarse de su gestión, lo que supone un cambio de rumbo total en el itinerario marcado hace apenas unas semanas. El motivo de este viraje no es otro, según el ayuntamiento, que acelerar su entrada en funcionamiento, como reclaman los vendedores del Mercado Central, los más interesados en esta infraestructura. Ahora bien, ese cambio de planes puede elevar el desembolso del ayuntamiento por encima de los 20 millones de euros. Solo la construcción de la rampa exterior, la conexión con el Mercado Central y el equipamiento del parking supone un gasto de 4,5 millones de euros.

El aparcamiento de la Plaza Ciudad de Brujas se enmarca dentro de las paralizadas obras de la línea 2 del metro, dependientes de la Generalitat Valenciana. De hecho, lleva prácticamente acabado y abandonado alrededor de 5 años. En todo este tiempo el Ayuntamiento de Valencia ha tratado de desbloquearlo negociando diversas fórmulas con la Generalitat e incluso se hizo un concurso público para que una empresa acabara la obra, pagara la ya realizada y urbanizara la Plaza Ciudad de Brujas a cambio de la concesión del aparcamiento por varias décadas. Pero ese concurso quedó desierto. Demasiada inversión. Entre 18 y 20 millones.

Con la llegada de un nuevo gobierno al Consell y al ayuntamiento, las negociaciones se reanimaron y finalmente el consistorio decidió pagar a la Generalitat en diez anualidades los 11 millones de la obra ya realizada y hacer un nuevo concurso para que la empresa concesionaria acabe el aparcamiento y urbanice la plaza, todo ello a cambio también de una dilatada concesión.

Cambio de rumbo

Pero ayer saltó la sorpresa y se anunció el citado cambio de rumbo. El ayuntamiento terminará la obra y se hará cargo de la gestión. No hay concesión, habrá gestión directa. El motivo, según el consistorio, es la aceleración de las obras y dar de esta manera respuesta, entre otros, a los vendedores del Mercado Central. Se ganarán al menos 4 meses, tres al no tener que hacer el estudio de viabilidad y un mes al no tener que incluir en la licitación de la obra la parte de gestión.

El coste, sin embargo, será muy alto. Ayer se anunció una inversión de 4.492.551 euros para hacer la rampa exterior, comunicar el aparcamiento con el vestíbulo del Mercado Central y equipar la instalación, es decir, acabar la obra.

Este dinero, no incluido en los presupuestos municipales, saldrá de una «reorganización» del Plan Confianza de la Generalitat Valenciana, una reorganización que será aprobada en la próxima Comisión de Hacienda y en el próximo pleno municipal.

Pero el gasto no acabará ahí. Terminar la obra y decantarse por la gestión directa tendrá otros costes añadidos. Para empezar, el ayuntamiento tendrá que urbanizar la Plaza Ciudad de Brujas y además pagar una indemnización de alrededor de 5 millones de euros a la empresa que tenía la concesión del colindante aparcamiento de la plaza de Vilarrasa, pues ese aparcamiento fue cerrado para conectarlo con el de la Plaza Ciudad de Brujas cuando aún le faltaban cuatro o cinco años de concesión.

En total, sumando los 11,3 millones de la obra ya hecha, los 5 millones de indemnización, los 4,5 del acabado de la obra y la urbanización de la Plaza Ciudad de Brujas, el coste se va por encima de los 20 millones de euros.

Decisión trascendente

Al referirse a este proyecto, el alcalde de Valencia, Joan Ribó, destacó ayer «el trabajo en positivo que se está llevando a cabo para solucionar los problemas de la ciudad» y resaltó la trascendencia de esta decisión, «que hemos tomado para agilizar la conclusión de una infraestructura necesaria que ya debería estar en funcionamiento hace años y que se ha retrasado demasiado tiempo por culpa de la negligencia de la anterior corporación municipal».

«Creemos que destinar esos fondos del Plan Confianza a acabar el aparcamiento y ponerlo en funcionamiento cuanto antes es una buena medida que satisfará a la ciudadanía y muy especialmente a los vendedores del Mercado Central», dijo Ribó.