LLos mercados valencianos tienen una nomenclatura propia. Su código, su lenguaje, sus formas y su gente. Su día a día, al fin y al cabo. Una de las tradiciones más antiguas y únicas de la ciudad, de esas con estilo propio, en la que institucionalmente se debe poner todo el empeño para su difusión y su permanencia, en un momento en el que se ven peligrar por la instalación ya desde hace muchos años de otras tendencias. Eso no cambia que sea una de las obsesiones de los candidatos políticos en las campañas electorales, donde pedir el voto y asegurarse a los medios para el clásico paseo papeleta en mano en este tipo de lugares. Salir indemne y reforzado de esa visita supone un espaldarazo social y de calle muy importante a nivel de imagen. Aunque luego se les de la espalda.
Es una gran noticia que la apuesta por el mercado municipal no sea cosa de un día sino una propuesta en el tiempo a lo largo de esta legislatura para apoyar y reivindicar un servicio necesario. Así fue durante el primer año y así parece que seguirá siendo. Para ello, un evento por todo lo alto, durante la tarde-noche de este próximo sábado, que aglutinará una gran apuesta también por el entretenimiento y en menor medida la cultura autóctona. Se ha bautizado como «Bonic/a Fest».
Una jornada reivindicativa con música, monólogos, bailes de salón, charangas y hasta moda. Y lo que es el motivo principal de la fiesta, degustaciones de las especialidades de cada uno de los puestos. A lo largo de cuatro horas, desde las 20h, todos los mercados de la ciudad tratarán de reivindicarse como una apuesta necesaria para el ciudadano, potenciando una economía que se ve afectada y sobrepasada por otras tendencias que hoy por hoy mandan en el marketing y en los hábitos de consumo.
Para muchos supone un privilegio disponer de tiempo para comprar en el mercado municipal más cercano, ahora que las cadenas de supermercados saben bien cómo saldar las necesidades con muchísimos productos (no solo alimenticios) ahorrando tiempo al consumidor. Para otros, sencillamente, ni siquiera hay disyuntiva. Sencillamente el mercado municipal no es una opción al haber crecido ya con otras costumbres. Por todo ello son importantes estas iniciativas que se llenan de actividades paralelas. Algunos empezarán antes. Los mercados de Benimàmet y Nazaret ofrecerán paellas desde el mediodía y aguantarán hasta la medianoche.
El plato estrella valenciano puede con todo menos con el fútbol. Por segunda vez se ve truncada la intentona de entrar en el Guiness de los récords, esa ilustre condecoración que tanto aporta al ser humano en todas las partes del planeta. Desde hace tiempo, la Junta Central Fallera propone cocinar, en el Paseo de la Alameda, un total de tres mil paellas simultáneas, pero el ya anunciado horario oficial del partido Valencia-Atlético de Madrid, a la misma hora, imposibilita el evento por dos motivos: la proximidad entre ellos y el mayor interés que puede suscitarse en Mestalla en detrimento del alto copete gastronómico. La paella sigue su curso en el mundo, y no contentos con la inclusión del famoso emoticono que ya podemos utilizar en whastapp, ahora se pretenden llegar aún más lejos con esta rocambolesca iniciativa.
Volviendo al tema importante, al que nos ocupa, ojalá el sábado sea todo un éxito y se continúe con la campaña de sensibilización y difusión reivindicando la importancia de los mercados municipales de la ciudad. Una buena iniciativa que debería reflejarse en mejores números que permitan su supervivencia estable en el futuro. De eso se trata.
