El billete único es el fin y la Autoridad Metropolitana de Transporte el medio, pero mientras se pone en marcha el ente que coordinará a todas las empresas de transporte público (ha de estar para el mes de enero), la Generalitat Valenciana ha buscado distintas fórmulas para convertir a Valencia y los 60 pueblos que la rodean en un área metropolitana coordinada y eficiente para el usuario. El primer paso fue poner el autobús de Mislata a Valencia (línea 150 de Metrobús); el segundo es devolver el servicio de la EMT a cuatro Alboraia, Vinalesa, Moncada y Paterna (la semana que viene); y el siguiente, previsto para el mes que viene, es la puesta en funcionamiento del Bono AB, con 10 viajes a un precio entre 14,5 y 17 euros para viajar entre las 40 municipios con un único billete. Se podrá usar indistintamente el metro, el Metrobús, tranvía y la EMT. Pero 20 municipios, los de las zonas C y D, se quedan fuera del bono.

El problema es la financiación. Los operadores FGV, EMT y Metrobús quieren ceder lo justo, porque todos son deficitarios y no quieren cargar con más endeudamiento, de ahí que el concejal Giuseppe Grezzi advirtiera hace unos días que a la EMT le debían compensar para no incurrir en más pérdidas. Pero la Generalitat tampoco tiene el dinero para poner en marcha todo el operativo y pide calma a las poblaciones que se quedan, de momento, fuera de este bono AB.

Sin referirse a la cuestión económica, el Director General de Transporte y Movilidad, Carlos Domingo, trataba de explicar ayer esta lenta integración: «Si se crea la Autoridad Metropolitana del Transporte es para extender la integración tarifaria a 60 municipio, pero ahora hemos dado el paso de extender esta integración a 40 municipios y más adelante podremos ampliarlo. Todo a la vez nos resulta complicado. Los municipios que lo piden tienen razón porque es una cuestión fundamental».

De momento es la Diputació de València la que, con un millón de euros, financia la puesta en marcha del Bono AB. Pero es esencial que la Autoridad Metropolitana de Transporte esté en marcha en enero. Solo así la Generalitat podrá exigir al Estado que financie a Valencia, como hace con otras grandes áreas metropolitanas. Y se no se prevé una negociación fácil con el gobierno de Rajoy tras la amarga experiencia del Corredor Mediterráneo. En juego hay unos 40 millones de euros y, sobre todo, el bienestar de hasta 1,8 millones de personas que se podrían beneficiar de una integración tarifaria esencial. Y ya no haría falta comprar un bono, sino que con un simple billete se podría viajar entre todas las zonas.

Mientras, la solución del bono AB es una avance espectacular comparado con los veinte años anteriores, en los que el PP desmanteló la Agencia Valencian de la Movilidad, que hoy hubiera agilizado mucho exigir el contrato programa al Estado. Así lo recordaba ayer el alcalde de Valencia, Joan Ribó: «Sin Autoridad no hay contrato programa y es esencial para que el Estado nos financie como a otras ciudades. Se han perdido 300 millones por una decisión totalmente equivocada de un señor del que no me quiero acordar, Francisco Camps».