La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Valencia dio ayer un empujón a la recuperación del Cabanyal aprobando las subvenciones para un total de 425 viviendas, la mayoría de ellas en la denominada «zona cero», es decir, en los espacios arrasados durante dos décadas para facilitar la frustrada prolongación de la avenida Blasco Ibáñez. Estas viviendas, además, deberán estar reformadas antes de que finalice el año próximo, lo que significa que las obras han de ser inmediatas.

Según explicó el portavoz de València en Comú, Jordi Peris, las subvenciones aprobadas afectan a 412 viviendas privadas, de las cuales 397 tienen previsto reformar elementos comunes e interiores y las 14 restantes son de nueva construcción. Entre los interesados hay residentes del barrio y también personas que quieren trasladarse a vivir allí.

El presupuesto para estas rehabilitaciones es de 2,5 millones de euros y cada uno de los agraciados podrá recibir un máximo de 20.000, según explicó Peris. En esta primera tanta la media ha sido de algo más de 6.000 euros.

En paralelo con estas ayudas, la Junta de Gobierno aprobó también una partida de 1.480.000 euros para 13 viviendas públicas, de las cuales 9 serán rehabilitadas y 4 construidas desde abajo.

Muy repartidas

Tanto unas como otras están repartidas por los barrios del Cabanyal, Canyamelar y Cap de França, aunque la prioridad ha sido para la zona más afectada por la prolongación de Blasco Ibáñez. «Se trata —dijo Peris— de ir dando una solución a este problema».

De hecho, en la junta de ayer también se aprobó una segunda convocatoria para seguir rehabilitando viviendas en esta zona. El presupuesto es de 1,7 millones de euros y el plazo para presentar las solicitudes estará abierto hasta el próximo 14 de octubre.

En el caso de la primera convocatoria no se ha agotado el presupuesto inicial y, por tanto, no ha sido necesario hacer una selección entre los proyectos presentados, pero si en esta segunda tanda se superara la partida antes referida, Peris explicó que se hará una selección de acuerdo con los criterios previamente establecidos, que priman el estado del edificio y el emplazamiento, concretamente estar en la zona cero, en la zona catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) o tratarse de un edificio protegido.

Jordi Peris se refirió también al problema que están generando los «okupas», colectivo que se opone a lo que se denomina «gentrificación» del barrio, es decir, la sustitución de personas humildes y autóctonas por gente más pudiente llegada de fuera. Será, dijo, un problema que se aborde desde todas las concejalías.

Ayer mismo, el alcalde, Joan Ribó, anunció que la próxima semana se reunirá co la plataforma Salvem el Cabanyal para hablar de este asunto. «Ahora hemos de trabajar en el tema de convivencia y eso implica muchas cosas, el tema de servicios sociales, temas de seguridad y respeto a la normativa», ha añadido.

En cualquier caso, tanto las rehabilitaciones como el resto de problemas serán gestionados desde la entidad Plan Cabanyal, que se ha puesto al frente de la recuperación del barrio. Su gerente, Vicent Gallart, cree que los 95 expedientes en los que se agrupan estas primeras ayudas suponen la regeneración del barrio y la ocupación por nuevas familias, algunas de las cuales han optado por la construcción de unifamiliares. «Esas 15 viviendas de nueva construcción son solares que quitamos y el día de mañana serán niños corriendo por el barrio», explicó.

Gallart recordó además que hay una segunda convocatoria abierta y que ya tienen sobre la mesa 12 expedientes, lo que significa que el Cabanyal está en movimiento. En total, explicó, ya hay comprometidos 39 millones de euros entre el Área de Rehabilitación y Regeneración Urbana (ARRU), vinculado al Plan de Vivienda del Ministerio de Fomento, y el Plan Confianza de la Generalitat.