Manuel Medina, secretario de Administración de USO-CV del taxi, anunció ayer movilizaciones del sector en caso de que el Ayuntamiento de Valencia no acabe con el aparcamiento nocturno en el carril-bus ni retome los controles de alcoholemia para reducir la creciente siniestralidad. Ambas cuestiones han sido planteadas en la Mesa de la Movilidad y son estudiadas por el ayuntamiento, de cuya respuesta dependerá la actuación de los sindicatos.

Respecto al aparcamiento en el carril-bus entre las 10 de la noche y las 8 de la mañana, las posiciones son muy variadas. Los hosteleros lo defienden, la Federación de Asociaciones de Vecinos se conforma con que el permiso acabe una hora antes; la EMT quiere que se adelante a las 5; la Coordinadora Vecinal de Ciutat Vella quiere que se elimine; los aparcamientos también proponen su eliminación a cambio de precios más asequibles; y en el sector del taxi hay dos posturas: la mayoritaria, que pide su anulación total, y otra minoritaria que está dispuesta a negociar, dice Medina.

Entre los que piden la anulación total está USO. Su portavoz asegura que esta medida invita a salir con el coche a gente que luego bebe y que ni siquiera tiene un control policial, ya que no se hacen controles de alcoholemia desde hace años. «Eso ha supuesto un aumento del 35% en el número de accidentes nocturnos», unas cifras de siniestralidad que los taxistas sufren muy de cerca. «Cada fin de semana hay tres o cuatro accidentes. Este fin de semana uno se durmió al volante y se empotró con un taxi que estaba en la parada», explicó Medina.

A su juicio, «esto tiene que acabar», porque Valencia es en la actualidad «la única ciudad donde se aparca en el carril bus». Sólo en Barcelona hay una medida similar, dijo, y es los fines de semana en la zona de ocio del puerto.