El portavoz de los vecinos de La Casbah, Guillermo Casanova, se mostró ayer «satisfecho» de ver cómo les «arropa» el ayuntamiento ante un problema que ha reconocido es «muy complejo». «Estamos satisfechos porque por fin hay una voluntad muy buena por parte de todos para coordinarse en ese proyecto integral», añadió el representante vecinal tras la reunión que mantuvieron en el consistorio con Joan Ribó.

Los vecinos aceptaron la propuesta del ayuntamiento de «adaptar el paseo a las nuevas exigencias técnicas» aunque manteniendo «algo de zona de paso», pues el paseo —recordó Casanova— es muy usado tanto por los vecinos como por los usuarios de la playa de la Garrofera. Los vecinos entregaron al alcade un dossier con fotografías de la playa de la Garrofera hace tres décadas, cuando las casas se encontraban a casi cien metros del mar, que ahora amenaza con destruirlas por efecto de la regresión inducida por las ampliaciones del puerto de Valencia y por la falta de sedimentos, a lo que se añaden los efectos del cambio climático. La realidad es que «hay unas viviendas que tienen unos derechos adquiridos y hay que defenderlos».

El alcalde apuntó al respecto que el análisis de la situación «es muy gráfico» y se resume en una foto de 1979, que le entregaron los vecinos y que él mostró a los medios de comunicación, en la que se ve a una persona a «40 o 50 metros del mar» sobre un arenal que ya no está. Un problema de regresión que se da también, dijo el alcalde, en la Malva-rosa.