Los cambios de estrategia introducidos en la Marina Real por los nuevos gestores del Consorcio Valencia 2007 no supondrán una merma para la que pasa por ser una actividad clave del recinto: la náutica. Habrá, eso sí, un cambio de filosofía, muchos más vinculada con los intereses de la población en general y con la del barrio, en particular. En concreto, dos de sus previsiones son la construcción de un gran polideportivo náutico que acoja a todas las federaciones y escuelas relacionadas con los deportes acuáticos; y la puesta en funcionamiento el próximo curso de una Formación Profesional de reparación de embarcaciones.

Según explicó Ramón Marrades, responsable de estrategia del Consorcio Valencia 2007, la idea de los nuevos gobernantes es aprovechar las infraestructuras que ya existen y convertir la marina en «un polo de desarrollo económico y tecnológico», pero también de identificación con la ciudadanía. La reconversión de la sede del Alinghi es un buen ejemplo de ello.

Pero hay que buscar más elementos para la dinamización y en ese sentido el emprendedurismo, la cultura y la náutica son actividades con «un alto valor añadido» en las que vale la pena detenerse, dijo.

Respecto a la náutica, Marrades señaló tres hitos importantes. El primero de ellos es el Varadero industrial que se quiere habilitar en la marina, una pieza esencial para el desarrollo de este espacio si se tiene en cuenta que Valencia es un puerto de invierno para embarcaciones de recreo de toda Europa.

La formación

Y luego hay que poner el punto de mira en la formación, donde se sitúan, precisamente, los otros dos hitos relacionados con la náutica. La idea es que en el mes de septiembre, es decir, el próximo curso, empiece a funcionar el primer centro de formación profesional especializado en la reparación de embarcaciones. Se trata de un proyecto puesto en marcha en colaboración con las Asociación Nacional de Empresas Náuticas y puede convertirse en un centro generador de empleo especializado.

Con esa misma intención, además, la Conselleria de Educación ha implantado en el Instituto del Grao la formación en monitor de náutica, lo que completa el programa formativo en esta especialidad dentro de los barrios marineros por excelencia. «Queremos que la población recupere la náutica desde el punto de vista del empleo», dijo.

Edificio para las federaciones

Y el tercer hito, también relacionado con la formación, es la construcción de un gran polideportivo náutico en la misma marina, «un edificio polivalente que acoja a todas las federaciones y todas las actividades relacionadas con la náutica, ya sea públicas o privadas».

Con ambas iniciativas, se reconcilia de nuevo a los vecinos de Valencia y particularmente a los de los barrios más próximos al mar, como el Grao y el Cabanyal-Canyamelar, con la náutica desde el punto de vista del ocio, el trabajo y el desarrollo económico, opina el responsable de gestión del Consorcio Valencia 2007. «La actividad náutica no puede ser sólo de unos pocos, nosotros no somos un club náutico, tiene que ser para toda la población», dijo Ramón Marrades.