El Consell volverá a autorizar este año la quema de la paja del arroz con restricciones que determinarán en qué momentos y qué zonas se puede prender fuego a los rastrojos que quedan en los campos tras la recolección del cereal. El anuncio lo realizó ayer en Alzira la consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián, que defendió que se está trabajando desde hace dos años con el sector agrario y los alcaldes del entorno de l´Albufera para sustituir la quema por otros usos alternativos de la paja, pero admitió que «a corto plazo no hay solución».

«Hoy por hoy no es posible porque tiene otras implicaciones en materia de sanidad vegetal del cultivo y también tiene que ver con la temporada de caza. La idea es avanzar cada año hacia un escenario que evite las quemas, pero siempre dando alternativas», detalló la consellera, que anunció que, como ya sucediera el año pasado, se volverá a autorizar la quema el próximo otoño limitando «tanto los días como la superficie».

Cebrián explicó que el objetivo es autorizar esta práctica en aquellas zonas que resulte «imprescindible» quemar y en días y momentos «controlados» en función de la dirección del viento o la temperatura, entre otros factores, ya que otro de los efectos que produce esta práctica son las grandes humaredas que llegan a envolver incluso grandes espacios urbanos, con las consiguientes molestias para la población. Además, la Unión Europea sólo acepta la quema para eliminar estos rastrojos cuando concurren circunstancias excepcionales de índole fitosanitario.

Los agricultores, en esta línea, defienden que la quema es la medida más efectiva para combatir las plagas y malas hierbas que se multiplicaron en los años en que se prohibió recurrir a este sistemas. La Generalitat ya autorizó el año pasado con carácter extraordinario y únicamente por razones fitosanitarias la quema de la paja del arroz en el entorno de l´Albufera. No era la primera vez que se adoptaba esta medida, aunque sí mediante una resolución expresa -en 2015 las autorizaciones estaban avaladas en un informe técnico- tras el proceso de negociación abierto con el sector, y ya entonces se dejó entrever la voluntad de que la situación no se repitiera en la nueva campaña.

Aunque la resolución que marcará las condiciones en que se autorizan las quemas no se publicará hasta principios de septiembre, Elena Cebrián sí dejó claro ayer que se concederán este año permisos con restricciones al no disponer todavía de una alternativa para eliminar estos restos que si no se retiran pueden producir al pudrirse la temida anoxia o falta de oxígeno en el agua, que suele dar lugar a la mortandad de peces. No se descarta que se pueda introducir alguna modificación en la normativa que reguló el año pasado estas autorizaciones. En aquella, se establecía entre otros aspectos que para evitar molestias a los residentes de pueblos próximos a l´Albufera y a la seguridad del tráfico aéreo, la autorización quedaba en suspenso los días en que las condiciones meteorológicas así lo aconsejaran y establecía las zonas en que se podía quemar en función de la dirección del viento.