La creación de una gran zona residencial en el centro histórico de València se ha realizado mediante cinco bucles para los vehículos, de manera que se limita mucho el movimiento de los coches y disuade al tráfico oportunista, ya que los itinerarios no sirven para «atajar» hacia otras partes de la ciudad.

Sin embargo el eje de las calles Carda-Murillo, en el barrio del Pilar, recogían parte del tráfico de hasta tres de los bucles creados, por lo que desde el primer día que entró en funcionamiento la reordenación, se formaban largas colas en esta estrecha vía. Los vecinos alertaron rápidamente al servicio de Mobilitat Sostenible del problema, ya que eran los residentes los principales afectados por los atascos.

La concejalía encontró hace unos días la solución que ha conseguido desatascar Carda y Murillo. Como ya no sale tráfico por detrás de las torres de Quart al peatonalizarse la plaza de Santa Úrsula, se ha podido anular este semáforo y el que había al final de Murillo, de tal manera que ahora los vehículos esperan en una isleta en Guillem de Castro con mayor capacidad, lo que desahoga la estrecha calle.