El mes de diciembre se acerca a su ecuador y deja una estampa nunca vista en la comarca de La Ribera. No, no se trata de una nevada histórica. La imagen que más llama la atención en estas fechas es la del humo que se produce al quemar la paja del arroz y que ayer tapaba el cielo en localidades como Sueca, Cullera, Favara o Llaurí.

El calendario impuesto por la conselleria de Medio Ambiente ha provocado el descontrol, el caos y el enfado en el sector arrocero, además de una gran cantidad de multas a aquellos agricultores que han quemado rastrojos fuera de los horarios establecidos.

El hecho es insólito. En los últimos años la quema de la paja ha tenido que ser aprobada casi «in extremis» ante la falta de una alternativa que satisfaga a los agricultores, que defienden la actividad como la única manera eficaz, por el momento, para eliminar los rastrojos del arroz una vez se produce la siega.

La quema de la paja del arroz se ha realizado siempre en pocos días, semanas a lo sumo, una vez recolectado el cereal. Es por ese motivo que resulta llamativo ver el cielo cubierto por el humo a mediados de diciembre.

Además, se trata de una situación que ha afectado a una buena parte de la provincia, desde València hasta el litoral ribereño. Precisamente en el Cap i Casal se llegó a culpabilizar de la contaminación ambiental que sufre la ciudad a los agricultores, que se defendieron de las críticas del alcalde, Joan Ribó, alegando que en dicho periodo no se había quemado «ni un rastrojo».

Se trata de una imagen que, por otra parte, los agricultores y los molestos vecinos esperan que no se vuelva a repetir en el próximo año. El sector arrocero es uno de los que ha manifestado en múltiples ocasiones sentirse descontento por el calendario de quema.

El presidente de la Comunitat de Regants de Sueca aseguró, en un artículo de opinión publicado por Levante-EMV, que los arroceros del Parc Natural de l´Albufera se sentían «engañados» por los responsables del área medioambiental de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente. José Fortea incidía en que, a inicios de mes, todavía estaba por quemar o recoger la paja en el 80 % del término de Sueca.