Con la puerta cerrada. Así se encontraron ayer los centros comerciales centenares de personas que, despistadas, desconocían que era el primer domingo en que las grandes superficies no iban a dar servicio tras entrar en vigor el nuevo marco que regula la apertura de domingos y festivos y los reduce de 63 a 38 al año en la ciudad de València.

El centro comercial de Campanar, por ejemplo, era durante la mañana de ayer un trasiego constante de personas que intentaban acceder y se encontraban con que las puertas correderas que habitualmente se abren de forma automática no les daban paso esta vez. Muchos no reparaban en un gran cartel en el que se podía leer: «Próximo domingo abierto 18 de marzo» junto a otro en el que ponía: «Domingo 25 de febrero, cerrado».

La primera reacción de los clientes era de sorpresa, ya que algunos incluso llegaban con el carrito dispuestos a aprovechar el domingo para llenarlo de los productos que necesitaban. Familias, parejas, grupos de jóvenes, jubilados e incluso turistas se dieron prácticamente de bruces con las puertas del establecimiento, ya que muchos se acercaban hasta el cristal esperando a que les abriera el paso.

Pese al chasco, la gran mayoría, a preguntas de Levante-EMV, aprobaba la medida del cierre dominical en pro de la conciliación familiar y el descanso de los trabajadores.

Entre ellos, Raúl Benegas, de Quart de Poblet, quien iba más allá y aseguraba que «no solo deben cerrar los domingos, sino acortar los horarios porque la gente que trabaja en los centros comerciales no puede conciliar su vida familiar».

Reconoce que «yo vengo alguna vez a comprar en domingo pero lo hago pensando que no debería».

Grace, vecina de Mislata, en cambio, dice que le parece «muy mal». Explica que «siempre vengo a comprar en domingo» y cree que esta medida «va a afectar a mucha gente de València, Paterna, l´Eliana, que venían aquí porque sabían que estaba abierto siempre».

Una vecina de València, Amparo, desconocía la nueva medida y aunque aseguraba que «no suelo venir a comprar los domingos» reconocía que «hoy me hubiera venido bien». La mujer indicaba que «me parece bien que cierre por los trabajadores, porque tienen más tiempo para estar con la familia».

No todas los grandes establecimientos cerraron. El supermercado Kuups, del grupo de Tiendas Vidal, por ejemplo, sí que abrió sus puertas. La FNAC, como publicó este periódico, también. La tienda de Sant Agustí puso al servicio de los clientes solo la zona de venta de libros.

La empresa ha logrado sortear la norma porque se permite la libertad horaria si el 80% de la superficie de la tienda es de contenido cultural. Trabajadores del establecimiento señalaron a este periódico que habían notado un incremento de compradores respecto a cualquier otro domingo. Lo cierto es que durante varios momentos se formaron importantes colas en la caja. Algunos clientes consultados desligaban su presencia en la tienda al hecho de que el resto de centros comerciales estuvieran cerrados.

El director general de Comercio, Natxo Costa, se felicitó, a través de Twitter, de la medida: «Es el primer domingo en que muchos trabajadores podrán descansar y estar con la familia y amigos. Eso también es trabajar por las personas», sentenció.