Vivimos en un mundo cada vez más globalizado y mejor comunicado gracias, en gran parte, a la tecnología. Por ejemplo, en la actualidad y solo en España, hay más de 56 millones de líneas móviles y a finales de 2011 el número de teléfonos móviles en el mundo se aproximaba a los 6.000 millones.

En Vodafone estamos convencidos de que las comunicaciones móviles son un elemento fundamental para el progreso, para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y ofrecer servicios públicos inteligentes y más eficientes.

¿No es cierto que podríamos aplicar la innovación a prácticamente cualquier área, convirtiendo así nuestro mundo en un lugar más "inteligente"? Las denominadas ciudades inteligentes son núcleos urbanos sostenibles, donde las tecnologías que contribuyen a facilitar nuestras vidas son cada vez más protagonistas. Por ejemplo, los códigos QR o BIDI permiten obtener información inmediata en nuestro propio móvil sobre marcas, características de edificios, estado del tráfico€y se pueden encontrar en prácticamente todas partes: prensa, marquesinas, Internet, fichas de productos, supermercados, museos, señales de tráfico, en el zoo, etc.

Las tecnologías inalámbricas también juegan un papel protagonista en otra área clave de las ciudades inteligentes: el denominado "Internet de las Cosas". Vodafone cuenta con más de 20 años de experiencia en el ámbito de las comunicaciones M2M y se encarga de la gestión de todos los elementos relativos al despliegue de estos sistemas, desde la consultoría hasta la atención al usuario. En este sentido, por ejemplo, acabamos de anunciar la firma de un acuerdo con la compañía Sierra Wireless para la comercialización en España de servicios integrados de comunicaciones máquina a máquina (M2M) para la pequeña y mediana empresa.

En nuestra apuesta por esta tecnología es clave contar con la mayor red de telecomunicaciones móviles del mundo y trabajar en diversos sectores de actividad. Algunos ejemplos son los contadores de consumo de servicios de suministro públicos, como el gas o la electricidad; medios telemáticos que permiten a los vehículos y a los camiones informar sobre su ubicación y enviar y recibir datos sobre gestión de motores, seguimiento de mercancías o asistencia en carretera; alarmas de seguridad que pueden comunicarse con los centros de control; lectores de tarjetas de crédito o cajas registradoras; seguimiento de maquinaria en la que el rendimiento de determinados equipos críticos es de vital importancia (por ejemplo, torres petrolíferas y emplazamientos de obras); o equipos médicos que controlan a los pacientes de manera remota.