Cuando a Pablo Calatayud le preguntan sobre cual es su verdadera pasión, duda. Enólogo y propietario de Celler del Roure, una de las bodegas de trayectoria más intachable en el contexto de la Comunitat Valenciana, Calatayud es un enamorado de la música... de la música de banda. Con su bombardino forma parte de la sociedad musical La Constancia de Moixent, una de las centenares de bandas valencianas que contribuyen a perpetuar una tradición profundamente ligada al pueblo valenciano.

La incesante actividad de la bodega que dirige le ha obligado a dedicarle menos tiempo del que le gustaría a su «segunda pasión», pero nunca ha dejado de mantener su vinculación con la música y con aquellas personas que la viven con la misma ilusión. Pablo ha patrocinado conciertos y ha colaborado en cuantas iniciativas le han sido posible. Incluso ha comenzado la construcción de un pequeño auditorio en una de las nuevas galerías subterráneas de Celler del Roure con la idea de acoger actuaciones „no hace mucho ya se pudo disfrutar de un recital de Pep Gimeno «El Botifarra» y de la agrupación Spanish Brass„.

Hace unos años coincidió con el maestro valenciano David Penadés-Fasanar, quien le comentó que acababa de componer una sinfonía titulada «La Bastida de les Alcusses», yacimiento arqueológico próximo a las instalaciones de Celler del Roure donde se encuentra la escultura de El Guerrer de Moixent. A partir de ese momento todo vino rodado. David confesó a Pablo su intención de componer una suite basada en músicas tradicionales valencianas y que había pensado en Celler del Roure como nexo de unión para sus cuatro movimientos.

Ambos pasaron largas jornadas ante el pentagrama. David componiendo, y Pablo matizando aquellas notas que, al igual que en los vinos, podrían conferir a la composición un carácter propio. Al cabo del tiempo nacía la suite para banda sinfónica Celler del Roure, una obra basada en el folclore musical de Moixent formada por cuatro movimientos: Les Alcusses (una jota), Maduresa (una canción de cuna), Cullerot (entre una jota y un vals) y Parotet (entre una típica canción de campesinos y una marcha mora).

El maestro Penadés quiso ir más allá del hecho de titular su obra con el mismo nombre de la bodega, y los cuatro movimientos adoptan también el nombre de los cuatro vinos más emblemáticos de la compañía. David advierte que los nombres de cada movimiento no son fruto del azar, ya que «cada parte relaciona las singularidades del vino con un estilo musical, dándole ritmos más movidos a los vinos más frescos y jóvenes y tempos más pausados a los vinos que han necesitado tiempo para madurar».

Calatayud reconoce que «David ha sabido trasladar con absoluta maestría las sensaciones de nuestros vinos al pentagrama. Cada una de las piezas recuerdan a cada una de las etiquetas de nuestros vinos». El enólogo insiste en que «es un honor y, sobre todo, un privilegio, que un músico de la talla del maestro Penadés-Fasanar se haya inspirado en nuestros vinos y nuestro proyecto enológico para componer una obra que profundiza en las raíces musicales de nuestra tierra del mismo modo que nuestros vinos ahondan en el carácter tradicional de la viticultura y la enología».

La suite para banda sinfónica Celler del Roure ya se estrenó mediado el pasado 2016 en el auditorio municipal de Cullera de la mano de la banda sinfónica Ateneu Musical de la citada localidad. Posteriormente, también la sociedad musical La Constancia de Moixent ha tenido ocasión de interpretarla en un recital celebrado el pasado verano en el auditorio municipal Gabriel Aracil de Moixent.

Ahora sólo queda «hacerla sonar» en las propias instalaciones de la bodega, un deseo que aún no tiene fecha pero que comienza a tomar forma, ya que Penadés ha adaptado la composición para ser interpretada por un quinteto de metal, y el nuevo escenario que está construyendo Calatayud en su bodega sería el espacio idóneo para ello. Además, el enólogo sigue dándole vueltas a la idea de realizar una cata-concierto para que los asistentes tengan la oportunidad de degustar los vinos al tiempo que los músicos interpretan cada movimiento de la suite.